23 marzo 2024

Apareciste tú

En el momento menos pensado, cuando el amor era solo una sombra, apareciste tú, iluminando mi camino. No sé si fue casualidad o destino, pero tu presencia sanó mi herida y me enseñó a creer de nuevo.

En ti

Pienso en ti, mi inspiración,
mi razón de soñar sin dormir,
¿Conoces el porqué de este sentir?
¿Entiendes este querer?

Junto a ti, en el umbral del sueño,
donde el río y el viento se encuentran,
bajo el sol, en este rincón pequeño,
mi corazón por ti se centra.

Sobre ti, una corona de luz y aroma,
estrellas y flores en armonía danzan,
bajo tus pies, la senda que se asoma,
pétalos y polvo de estrellas que avanzan.

Tu sonrisa, mi calma,
tus ojos, mi mar,
en ellos, mi alma,
junto a ti, nada más quiero buscar.

Una chica linda

Era una chica linda, de esas que te hacen soñar despierto. Ella jugaba sobre el papel, cada línea de letras una melodía, cada dibujo un compás en la sinfonía de su mente. No buscaba respuestas, sino el ritmo que movía su curiosidad, la melodía que la impulsaba a aprender más y más.

Le encantaba perderse en la música, notas que fluían como un río, llevándola a mundos diferentes y extraños. Una mañana, mientras esperaba el transporte para ir a la escuela, un colibrí revoloteó a su alrededor. Era un mensajero inesperado, portando un papelito entre sus diminutas patitas.

El papel tenía palabras, escritas con una caligrafía que parecía estar viva y decían lo siguiente:

"Sigue adelante"

"Eres capaz"

"Nunca dejes de soñar"

Palabras simples, pero cargadas de un poder inmenso. Palabras que alguien, en algún lugar, había enviado al viento.

Con una sonrisa, guardó el papelito en su bolsillo y subió al transporte. El colibrí se alejó en un zumbido de alas, dejando tras de sí un rastro de magia y posibilidad. Ella partió feliz a la escuela, con la certeza de que alguien, en algún lugar, le deseaba lo mejor.

Eternamente y para siempre.

22 marzo 2024

El valle de los suspiros

En el valle de los suspiros,
una dulce voz me habla al oído,
un misterio estaba por descubrir.

Y allí estabas, como un sueño,
me enamoré de tu reflejo,
pero te solté, como el viento.

Juré no volver a caer,
hasta que el destino te trajo a mí,
y ahora, solo anhelo
enamorarme de ti, una y otra vez,
prometo no soltarte más,
mi amor eterno será.

Aquí estás, en el mismo valle,
pero esta vez, fuiste tú quien me halló,
y te enamoraste de mi alma errante,
pero me dejaste volar,
y sellaste una promesa:
no amar a otro, solo a mí.

Nos reencontramos, una vez más,
en este ciclo sin final,
pero esta vez, no hay despedidas,
ni tú te irás, ni yo me alejaré,
solo tú y yo, en la eternidad,
amándonos sin final, solo nosotros.

Entre juegos y sonrisas

Entre juegos y sonrisas, la noche se posa,
girando al compás de una brisa traviesa,
y en el vuelo de tu alegría descalza,
la mesa se convierte en nuestra plaza.

En un suspiro de pasos te abracé,
y en un vuelo te llevé al refugio del sillón,
donde los secretos de tu piel me fueron revelados,
contando cada lunar, cada historia, cada sueño.

Mis manos, navegantes audaces,
se deslizaban por la seda de tu vestido,
descubriendo la calidez de tu piel,
en un mar de murmullos y caricias.

"Me gustas tanto", confesión entre suspiros,
y en un robo dulce, me llevo un beso,
un tesoro prometido, un dulce deber,
que, desde hace tiempo, en silencio, esperaba.

Me gustas

Me gustas cuando ríes,
en tu mirada clara,
en tu misterio,
en la tranquilidad y en la tempestad,
me gustas mucho, y eso es suficiente,
para que te busque en mi realidad.

Regresas

Regresas, tras el largo andar, a tu morada,
los libros, ansiosos, por tus ojos claman,
los muros, impregnados de tu existencia,
se visten de gala y de alegría.

El espejo, paciente, en tu cuarto reposa,
emocionada de capturar tu gracia y hermosura,
mientras el aire, único, de hogar te envuelve,
diferente, familiar, lleno de tu esencia pura.

21 marzo 2024

Mi mirada furtiva

Tal vez nunca lo notaste,
pero al encontrarte,
tu presencia tímida,
y mi mirada furtiva,
miraba el vaivén de tu andar,
observaba el contorno de tu ombligo,
espiaba la suave piel de tu cintura,
que bajo el velo de tu blusa,
se revela serena, con frescura,
delineando tu figura.

La curva de tus labios, refugio de mis sueños,
donde las palabras nacen y mueren,
en un ciclo eterno de deseo y temor,
y en tus ojos, el abismo donde me pierdo.

Tus pasos, ligeros, trazan caminos,
que mi corazón ansía recorrer,
en cada gesto, una promesa,
en cada suspiro, un universo por descubrir.

Tu rebelión

La última vez que te vi,
con esa aura de misterio en la mirada,
y el chaleco café, guardián de secretos,
mallas negras, mapas de tu andar rebelde,
el lienzo vivo de tu propia rebelión.

Tu estilo, un grito en el silencio,
despertaba la curiosidad dormida,
la chica mala, ¿serías tú?
sin temor, me acerqué,
encontrando en tu desafío,
la dulzura de lo desconocido.

Jugabas a ser la sombra,
la mala de la película,
por un instante, solo un juego,
pero en tu juego, me perdí,
seducción hecha misterio,
eres la chica mala, solo por hoy,
y cuando tú quieras.

20 marzo 2024

A pesar de todo

En este torbellino de días que pasan, me encuentro escribiendo estas líneas bajo la sombra de una duda que se cierne como una nube pasajera, pero persistente. Es curioso cómo el corazón, en su lúdica inocencia, se empeña en ver señales donde solo hay gestos cotidianos, cómo interpreta cada sonrisa y cada mirada como un mensaje cifrado destinado únicamente a mí.

He caminado por las calles de nuestra ciudad, imaginando que cada paso me acerca más a ti, que cada esquina doblada podría ser el preludio de un encuentro fortuito. Y, sin embargo, en este juego de espejismos y reflejos, me pregunto si no estaré construyendo castillos en el aire, si no estaré leyendo un guion que solo yo he escrito.

“Siento que también le gustaba”, me repito, como un mantra que busca convertir el deseo en realidad. Pero el amor, a veces nos hace ver la vida al revés, nos hace creer que estamos en el centro de un universo que gira a nuestro alrededor. Y yo, atrapado en esta ilusión, me pregunto si no estaré solo en este baile de máscaras.

A pesar de todo, algo dentro de mí se niega a soltar esta esperanza, este sentimiento que describo en mi carta, que quizás tú estés sintiendo lo mismo. Que detrás de tu amabilidad se esconde un afecto especial, que tus palabras son puentes tendidos hacia mí, que tus silencios son pausas cargadas de significado.

Así que aquí me tienes, escribiéndote, esperando que estas palabras encuentren eco en tu corazón, que esta carta sea el vehículo de mis sentimientos y que, al final del día, puedas sentir que también te gustaba.

Mujer indomable

Mujer indomable, de fuego y de viento,
salvaje y rebelde, de espíritu inquieto.
¿Cómo no amarte si desafías el tiempo,
si eres la inusual ladrona de sueños y alientos?

En cada paso desbordas libertad,
cada gesto tuyo es una revolución.
Indomable mujer, ¿cómo no quererte?
Si en cada palabra nace un desafío.

Eres la ladrona que, sin pedir permiso,
se adueña de mi corazón, sin ningún aviso.
Con cada latido, robas un suspiro,
y en cada despedida, dejas una ilusión.

Una carta y una idea

Hoy quiero compartir contigo una noticia que escuché, no porque sea relevante o urgente, sino porque me hizo pensar en ti. Se trataba de una chica, tan linda como tú, con unos ojos que podrían rivalizar con los tuyos en profundidad y brillo. Su sonrisa, tierna y cautivadora, parecía iluminar con la misma dulzura con la que describes la luna.

Ella hablaba de sueños y de esperanzas, de mirar al cielo y encontrar en él un lienzo de posibilidades infinitas. Y mientras la escuchaba, no pude evitar sonreír, porque en sus palabras encontré ecos de las tuyas, esa mezcla de poesía y realidad que tanto admiro en ti.

A veces, cuando la distancia se hace más palpable, me pregunto si me he confundido. Pienso que fue un sueño y la chica en realidad eras tú. A veces no distingo los sueños de la realidad cuando estoy a tu lado, y me llevo a mi mente tantos recuerdos cuando no te veo por mucho tiempo.

Quizás algún día, cuando el tiempo y el espacio finalmente se alineen a nuestro favor, podamos sentarnos juntos a hablar de cosas triviales y a buscar en el cielo nocturno nuestra propia luna mientras comemos fresas con crema.

19 marzo 2024

Casualidad

En la trama de los años,
un retrato me encontró,
cinco años en silencio,
mi mente te guardó.

Fue el destino en su capricho,
que en fotografía te vi,
más el tiempo, tranquilo y sabio,
te trajo en persona aquí.

Una verdad se desvela,
aunque el tiempo nos separó,
desde hace 5 años te conozco,
en mi mente tu sonrisa se alojó.

Casualidad fue el encuentro,
sin palabras que decir,
solo un lazo incipiente,
que empezó a florecer.

Tu cabello ha cambiado,
más tus ojos son iguales,
hermosos y brillantes,
en ellos puedo navegar.

Esa sonrisa cautiva,
de labios sin revelar,
nunca pensé que la vida,
te pondría en mi caminar.

Guardo la casualidad en secreto,
en el cofre del azar,
prometo abrirlo un día,
sí en mis brazos puedes estar.

Quizás dudes de esta historia,
de una casualidad tan singular,
pero es la más bella,
en el cosmos sin igual.

No sabía, no entendía,
hasta que, de ti, oí hablar,
cada pieza en su lugar,
cada recuerdo a atar.

Y así, en un instante,
todo comenzó a encajar,
la memoria me llevó,
a aquel primer mirar.

A mi mente

Con su llegada a mi mente aquí está mi secreto,
al escribirte, en cada letra te pienso,
te miro, te siento, tu esencia percibo,
tu calor me envuelve, en el viento suspiro.

Ella ignora las horas que invierto,
en trazar las palabras que a ti te dedico,
cartas que nacen del alma y el tiempo,
viajeras de un sentimiento sincero.

Primero, una idea nace en mi mente,
y ahí estás tú, en mi pensamiento presente,
luego, el borrador toma forma y vida,
estás conmigo, en cada línea compartida.

Busco palabras que a ti te merezcan,
te las digo, esperando que te reflejen,
si no resuenan, si no te alcanzan,
las cambio, por otras que en ti despierten.

Borro y reescribo, en un ciclo eterno,
locuras en tinta, en el papel tierno,
hasta que al fin, la obra se completa,
leo y releo, buscando mi huella.

Añado mi alma, en cada palabra,
para que al leerlas, sientas mi llama,
y aunque ella no sepa, este secreto guardo,
en cada carta, mi amor te he entregado.

Para ti de mi parte

Contémplala, en su esencia más pura,
en cada gesto una verdad se revela,
observa, no solo con la vista,
sino con toda tu serenidad,
cada movimiento, un viaje cósmico hacia su esencia,
interpreta los silencios, las miradas, el brillo,
cada frase, un mapa estelar hacia su corazón,
busca entre los suspiros, las pausas, la luz,
sorpréndela, no solo con palabras, sino con actos,
cada tono, una pincelada en el lienzo del silencio,
memoriza, no solo sonidos, sino sentimientos.

Luego, con ese conocimiento, crea maravillas,
para conquistarla, día tras día,
para enamorarla, momento a momento,
en cada detalle, son señales,
huellas en la arena del tiempo,
que guían hacia el tesoro de su amor inmenso.

Tus primaveras

Me pareció un gesto tierno,
querer saber desde cuándo,
respiras en este vasto mundo,
desde cuándo caminas por esta tierra.

Quería medir el tiempo perdido,
ese que transcurrió sin conocer,
la dulzura de tu sonrisa,
la luz que emana de tu ser.

Ahora siento el dolor punzante,
una herida de amor que no cesa,
por no haberte hallado antes,
por todo el tiempo que la vida nos resta.

Eres la flecha clavada en mi pecho,
la que, por más que intento, no logro arrancar.
Duele, duele inmenso, el solo pensar,
en un mundo donde tú no estás.

Si por un instante lograse olvidarte,
sé que con ello mi alma moriría.
Porque eres tú, mi eterna herida de amor,
la que me mantiene vivo en la agonía.

18 marzo 2024

En la memoria

En la memoria de tus días,
navega un submarino amarillo,
cartas de tinta y esperanza,
selladas con fechas de antaño.

Los viernes traen su hechizo,
días de mermelada y festejo,
y entre líneas de cuentos,
tu nombre se nombra en secreto.

Caminatas a tu pueblo querido,
discretas, llenas de verdad,
saboreando helados de mil colores,
en las calles empedradas de identidad.

Polvo al viento, miradas que hablan,
en la búsqueda de aquel rincón,
para encontrar un abrazo,
y robar un beso, sin ayer ni razón.

Sospechar

He empezado a sospechar,
en la inquietud de mi soledad,
que quizás no sea verdad,
ese amor que se hace esperar.

Mi corazón, incrédulo y tembloroso,
se resiste a aceptar lo doloroso,
mi mente, en un intento vano por la paz,
me susurra calma, pero no convence más.

Ruego al cielo, una señal divina,
que ilumine esta penumbra que me domina,
quiero que este tormento se desvanezca,
que la duda cruel, por fin, se quiebre y caiga.

Mi esperanza, frágil, se deshilacha,
y en su lugar, la soledad se enlaza,
quiero saber, anhelo comprender,
si en tus palabras hay algo que pueda retener.

Si me amas, de verdad, sin engaños,
o si debo soltar, dejar ir los años,
no quiero mentir a mis propias manos,
aceptando que ya no estarás a mi lado.

Que cada suspiro, en el aire se disuelva,
y con él, el recuerdo que a mi mente envuelve,
quiero saber, antes de que el olvido,
se lleve la esencia de lo que hemos vivido.

No es temor

Descendías con mirada inquieta,
por la escalera con un silencio discreto,
a lo lejos mi figura se desvela,
como un recuerdo olvidado.

Tu silueta se detiene y espera,
esperando a que me aleje,
pero me acerco, entre sombras, a saludar,
algo pasa por tu mente.

Anhelo que seas atrevida y
valiente en cada momento,
no hay razón para el miedo,
puedes volar, tienes alas ahora.

El tiempo ha pasado, sin querer,
en mi caminar te vuelvo a ver,
rodeada de risas y de voces,
te escondes, pero mi ser conoces.

No te haría daño, no es mi deseo,
me alejo bajo el cielo de un sueño,
la luna de octubre es mi confidente,
a ella le confío mi mente ausente.

No es temor lo que escondes en tu pecho,
es un corazón que busca serenidad,
herido, anhela curarse, volver a confiar,
aún no está listo, se guarda con ansiedad.

He sentido ese dolor, esa espera, el silencio,
pero vendrá el día, la sonrisa, el destello,
y diré: ¡Hola, señorita de ojos encantados!
¿Cómo estás, dulce mirada de otoño?
¿Será hoy el día?

17 marzo 2024

El glitch del universo

En un rincón de la ciudad, donde los edificios parecen tocar el cielo y las calles se entrelazan como circuitos de una placa base, vivía una chica con una peculiaridad que la hacía única. Ella estudiaba programación, una carrera que le apasionaba, lo hacía con la convicción de que era su boleto para luchar en el mundo y enfrentar sus miedos.

La muchacha pasaba las noches en vela, codificando y decodificando el lenguaje de las máquinas, buscando en los algoritmos una respuesta a su inquietud. Una noche, mientras el café ya no surtía efecto y sus ojos luchaban por mantenerse abiertos, descubrió algo extraordinario. Una falla en la realidad misma, un glitch en el tejido del universo que se manifestaba a través de su pantalla.

Con manos temblorosas, exploró esta anomalía, esta puerta a lo desconocido que le prometía el poder de reescribir no solo su historia, sino la de cualquier otro. Las posibilidades eran infinitas, y su corazón latía al ritmo de las líneas de código que fluían de sus dedos.

Pero entonces, una sensación de advertencia la envolvió. Una señal divina, una mano invisible, le susurraba al oído que detuviera su empeño. "No lo hagas", le decía una voz que no necesitaba palabras para comunicar su urgencia. La chica confundida y asustada, dejó caer sus lágrimas sobre el teclado, formando pequeños ríos entre las teclas.

No entendía por qué, no comprendía las razones que la voz le ocultaba, pero algo en su interior le decía que había verdades que no estaba lista para enfrentar. La voz, con dulzura y paciencia, no le revelaba los misterios del cosmos, pero su presencia era un consuelo que poco a poco calmaba su espíritu.

Con el amanecer, la muchacha tomó una decisión. Guardaría el secreto de la falla en la realidad, continuaría su vida con la certeza de que algunas cosas están destinadas a permanecer ocultas. Y aunque la curiosidad siempre sería una llama viva en su interior, eligió vivir con la belleza de lo desconocido, aprendiendo a apreciar cada momento de su existencia, cada línea de código, como un pequeño milagro en el vasto universo de posibilidades.

16 marzo 2024

La belleza de su cariño

En la casa de su pueblo, el viento le pide que regrese,
ella regresa, y se convierte en la niña que corre y ríe,
en el doble cumpleaños de sus padres, la vida celebra,
y en los muros, las risas pasadas aún resplandecen.

Ella extraña más que a nada a quienes le dieron la vida,
sus padres, faros de amor en su mar de dudas,
la fuerza que la sostiene, la verdad nunca huida,
en sus brazos, el mundo entero se acuna y se muda.

Para ellos, los deseos de un corazón que no olvida,
por ser el calor de su hogar, su inquebrantable pilar,
en su amor, ella despliega sus alas, se siente erguida,
y en la belleza de su cariño, siempre podrá confiar.

Ellos, su refugio, su constante, su siempre,
la guían, la nutren, le enseñan a ser valiente,
así, ella vuelve, con el corazón contento,
y en el amor de su familia, encuentra su sustento.

15 marzo 2024

Con cada letra

Con cada letra,
una historia se anida,
A de amor,
M de maravilla,
O de optimismo,
R de resiliencia,
y
T de tranquilidad,
E de esperanza,
R de respeto,
N de nobleza,
U de unidad,
R de romance,
A de alegría.

Tu esencia

Los días pasaban,
un murmullo en el viento,
ideas danzaban,
en un eterno movimiento.

No se iban, persistían,
en la mente un firmamento,
las noches eran largas,
un lienzo de pensamiento.

Querías ser escuchada,
en el eco de la soledad,
buscabas refugio,
en esperanzas, un lugar.

Lágrimas en tu rostro,
como ríos desbordados,
caían en recuerdos,
en ilusiones desgajados.

Levanta ese mentón,
desafía la gravedad,
mira el cielo otra vez,
busca en él la claridad.

¿Acaso no crees que es mejor la verdad?
Que vivir en la sombra de una falsa realidad.

Ahora eres tú,
renacida y sin igual,
comprendiste que la vida,
siempre ofrece un nuevo umbral.

Con una sonrisa en el cielo,
dibujada con pasión,
con la fuerza del universo,
en tu corazón.

Brilla, resplandece,
como estrella en ascensión,
tu luz propia, tu esencia,
es tu más grande oración.

14 marzo 2024

En cada fragmento

En las noches amargas,
tus secretos confiabas,
con los ojos cerrados,
tu dolor desgranabas.

Quise llorar contigo,
en tu oscuro sendero,
mas fui pilar y refugio,
en tu desvelo sincero.

Siempre fuerte en la lucha,
aunque el alma doliera,
mis brazos, aunque frágiles,
a tu caída negaban.

Las noches se extendían,
y el mundo no comprendía,
solo oías voces frías,
que injustamente juzgaban.

Tu historia, un cuento hermoso,
de sueños y de esperanza,
creciste, creíste,
con fe y con confianza.

Mas la traición vino oculta,
en promesas vacías,
y aunque el dolor fue profundo,
Dios siempre te guiaría.

Y yo aquí estoy, a tu lado,
recogiendo tus pedazos,
reconstruyendo el alma,
con abrazos y lazos.

Porque en cada fragmento,
disperso en el suelo,
hay un murmullo de vida,
un renacer, un anhelo.

Seca tus lágrimas

Seca tus lágrimas, mujer valiente,
que no hay razón para el llanto amargo.
No dejes que tus perlas cristalinas
se pierdan en el vacío de un desamor.

No permitas, dama de ojos estrellados,
que la sombra opaque tu mirada clara.
Que no se extinga la luz de tu alma,
ni se apague la llama que en ti arde.

No llores por sueños que se esfuman,
por recuerdos que el viento se llevó.
Con cada herida, con cada marca,
surge más fuerte el espíritu que en ti habita.

Levántate, como el fénix renace,
con cada cicatriz, una historia que contar.
Eres faro en la noche, guía en la penumbra,
mujer, tu resplandor nada podrá apagar.

Porque no hay olvido en el corazón que ama,
ni hay noche eterna en el cielo de tu mirar.
Eres poesía viva, melodía que encanta,
mujer, en tu vuelo, nada te podrá atar.

Flores con tu esencia

En el jardín donde el final se escribió,
donde "no" fue la sentencia y el eco,
volví a buscar entre las sombras,
los pedazos de un sueño desecho.

Allí, donde las ilusiones se hundieron,
brotaron flores con tu esencia,
pequeñas ilusiones con tu nombre,
perfumadas con tu presencia.

Me enamoré de nuevo de la misma mujer,
de aquella que la esperanza negó,
y aunque mi alma en fragmentos cayó,
cada palabra tuya la intenta recomponer.

En cada flor, en cada aroma,
tu recuerdo se hace eterno,
y aunque el amor parezca un invierno,
mi corazón aún te nombra.

Palabras atrevidas

En la intimidad de nuestra mirada,
se teje una danza que invita y seduce,
tu esencia, un llamado suave y constante,
pide a mi mano que se eleve,
y en el espacio entre nosotros, te acerque.

Tu cuerpo junto al mío,
un deseo buscado,
anhelas respirar cerca,
muy cerca de mi oído,
conoces el poder que guardas,
para encender la pasión,
un fuego desbocado,
bajo la lluvia de besos,
en caricias sin fronteras.

Palabras atrevidas y desafiantes,
miradas que se cruzan, inocentes, audaces,
en este juego de seducción, somos cómplices,
donde el amor es el único y verdadero dueño.

13 marzo 2024

Te confieso de nuevo

En el sueño de la noche que nos cobija,
te confesé, sin temor a la despedida,
que en mis sueños te he tenido,
de formas que ni el destino ha podido imaginar.

Sin miedo alguno te revelé,
que mi amor ha sido tierno,
con flores que en versos se transforman,
y poemas que en jardines florecen.

También te dije, con voz entrecortada,
que te he soñado a mi lado,
despertar juntos, en un abrazo enlazado,
con el corazón en un galope alborotado.

Y en la batalla de las sábanas desordenadas,
empapados en la pasión que nos llama,
te amé, en cada verso, en cada palabra,
te amé sin escala.

En la batalla de almohadas y caricias,
donde cada beso es una promesa cumplida,
te soñé guerrera de mi alma encendida,
en un amanecer de suspiros y delicias.

Con el corazón acelerado, sin medida,
en la danza de dos almas ya conocidas,
te amé en la penumbra, en la luz encendida,
en cada espacio de tiempo, en cada despedida.

Y así, entre sueños y realidades extendidas,
te confieso de nuevo, sin temor ni duda,
que te he soñado y amado, vida mía,
en mil formas, en mil ideas, en esta historia.

Has vuelto a brillar otra vez

Desde lejos te observé,
en esa distancia que invita a soñar,
que despierta el anhelo de acercarme,
de cruzar el mundo entero,
solo para encontrarte.

Tu luz hoy eclipsa al sol,
tus ojos, dos astros en su esplendor.

Elegancia en tu andar,
tu sonrisa, un faro en la adversidad,
en esos días que pesan más.

Hoy resplandeces con luz propia,
hoy, amor, eres la poesía más hermosa.

En la inmensidad de este mundo,
tu presencia es un murmullo que calma,
una promesa de días llenos de alma.

Con cada paso que das,
la tierra bajo tus pies florece,
y el cielo, en tu honor, se estremece.

Tu elegancia, un baile de estrellas fugaces,
tu alegría, un canto que las penas deshaces.

En los días difíciles, tu fuerza es mi guía,
eres la luz que rompe la sombría.

Hoy, amor, eres la inspiración,
la musa de mi corazón en esta historia de amor.

Musa esquiva

En la penumbra de mi cuarto,
las palabras danzan, inquietas,
sobre el papel que resguarda secretos,
amor en tinta, que el corazón confiesa.

Estoy enamorado de una musa esquiva,
que conoce mi ser, mis pasos, mi sombra,
y en el silencio de su mirada altiva,
mi alma en cartas, su atención nombra.

Le escribo versos, bordados de mi alma,
respuestas llegan, curiosidad despierta,
mas antes de que el amor reclame calma,
borro confesiones, la verdad incierta.

Respiro hondo, el pulso se serena,
hablo de cine, de historias, de la vida,
de libros y de ideas que en cadena,
ocultan mi verdad, en voz contenida.

Pero grita el corazón, feroz, valiente,
"¡Declárale tu amor, no te detengas!",
la mente dicta, prudente, "Sé paciente,
el amor es fuego que a veces se armoniza."

Así en la danza de razón y sentimiento,
tejo palabras, oculto mi fervor,
esperando que un día, en un momento,
ella lea entre líneas, descubra mi amor.

12 marzo 2024

Sentir así

Eres mi cómplice de amor,
en una noche llena de pasión,
al sonido de los grillos,
y de suspiros que se escapan de tu voz.

Rosas blancas adornan tu cuerpo,
mientras bailas una dulce canción,
derrochas perfume e inspiración,
y me envuelves en tu embrujo de ilusión.

Te quiero, te quiero,
con toda la fuerza de mi corazón,
quiero buscar significado,
al surrealismo que hay en ti,
y descubrir los secretos de tu alma,
que me hacen sentir así.

Y en tu mirada

De tu elegancia me cautivé,
cuando te vi por vez primera,
y en tu mirada sutil leí,
el deseo de una mujer.

De tu belleza me enamoré,
cuando te acercaste a mí,
y en tu sonrisa sensual sentí,
el fuego de la pasión.

Tu piel es como el terciopelo,
que acaricio con mis manos,
y tu aroma es como el cielo,
que respiro con mis labios.

Tu cuerpo es como el universo,
que explora mi mirada,
y tu alma es como el verso,
que inspira mi alabanza.

Reescribir la historia

Él había descubierto la fórmula para reiniciar el universo. Siete objetos extraños y un poema sin sentido, que al combinarlos, haría que todo volviera a empezar desde el Big Bang. Él tenía una razón para hacerlo: su amor, que había partido en un accidente hace un año. Él no podía soportar la vida sin ella, y quería buscar una segunda oportunidad.

Pero había un riesgo: al reiniciar el universo, él perdería todos sus recuerdos, y no sabría si volvería a encontrarla. Era una apuesta ciega, una esperanza sin garantías. Pero él estaba dispuesto a arriesgarlo todo por ella.

Así que, una noche, entró en su habitación, donde guardaba los objetos y el poema. Eran objetos antiguos y misteriosos, que habían pertenecido a diferentes civilizaciones y culturas. Un anillo de oro, una pluma de fénix, una esfera de cristal, una rosa azul, una moneda de plata, una llave de bronce y un reloj de arena. El poema era una serie de versos sin rima ni sentido.

Se acercó a los objetos y los colocó siguiendo un orden específico. Luego, tomó el poema y lo leyó en voz baja. Antes de terminar, cerró los ojos, y recordó a su amor. Recordó su rostro, su voz, su risa. Recordó el día que se conocieron, en una cafetería. Recordó el día que se besaron, bajo la lluvia. Recordó el día que se casaron, en una playa. Recordó los momentos felices, y también los tristes. Recordó todo lo que habían vivido juntos, y lo mucho que la amaba.

Y entonces, terminó de recitar el poema.

El universo y él se desvanecieron.



Ella era una estudiante de arte que había ido a visitar el museo de ciencias. Le gustaba aprender cosas nuevas, y admirar las maravillas de la naturaleza. Ella tenía una curiosidad insaciable, y una sonrisa contagiosa. Ella soñaba con ser una gran pintora, y expresar su visión del mundo a través de sus obras.

Él era un guía del museo, que le explicaba a los visitantes las diferentes exposiciones. Le gustaba compartir su pasión por la ciencia, y hacer preguntas interesantes. Él tenía un carisma alegre, y una mirada profunda. Él aspiraba a ser un gran científico, y descubrir los secretos del universo a través de sus investigaciones.

Se encontraron frente a una maqueta del universo, que mostraba las estrellas, los planetas, y las galaxias. Él le preguntó si sabía cómo se había formado todo aquello. Ella le dijo que no, y le pidió que se lo explicara. Él le habló del Big Bang, la gran explosión que dio origen a todo lo que existe. Le contó que el universo se estaba expandiendo constantemente, y que había miles de millones de galaxias como la nuestra. Le dijo que nadie sabía con certeza qué había antes del Big Bang, ni qué pasaría después. Ella le escuchó con atención, y le hizo más preguntas. Él le respondió con entusiasmo, y le hizo más comentarios. Se miraron a los ojos, y sintieron una conexión.

Se presentaron, y se dieron sus nombres. Se rieron, y se sonrojaron. Se gustaron, y se enamoraron.

Fue el momento y el lugar perfecto.

11 marzo 2024

La chica de las estrellas

Vi-23 era una estrella muy especial. Había nacido hace millones de años, en una explosión de luz y calor, y desde entonces brillaba en el cielo con orgullo y alegría. Le encantaba ver los planetas que giraban a su alrededor, y las otras estrellas que le hacían compañía. Vi-23 se sentía feliz y plena, y no le temía a nada.

Pero un día, algo cambió. Vi-23 empezó a sentirse débil y cansada. Su brillo se fue apagando poco a poco, y su calor se fue enfriando. Vi-23 se dio cuenta de que estaba llegando al final, y que pronto se convertiría en una estrella fugaz, o en una enana blanca, o en un agujero negro. Vi-23 no quería apagarse. Quería seguir viviendo y brillando, y ver el universo que tanto amaba.

Entonces, Vi-23 tuvo una idea. Recordó que había oído hablar de un planeta muy especial, llamado Tierra, donde vivían unos seres muy curiosos, llamados humanos. Los humanos eran capaces de crear arte, música, literatura, y otras maravillas, con solo su imaginación y su voluntad. Los humanos eran capaces de amar, de soñar, de reír, y de llorar.

Vi-23 decidió que quería ser como ellos. Quería experimentar lo que era ser humano, y dejar una huella en el mundo. Quería vivir, aunque fuera por un breve instante. Así que, con su último aliento, Vi-23 se lanzó hacia la Tierra, atravesando la atmósfera como una estrella fugaz, y cayendo en un lugar desconocido. Allí, Vi-23 se encontró con una sorpresa. En vez de desaparecer, se transformó en una persona. Una persona con forma de mujer, con cabello castaño y ojos encantados, con piel suave y labios rojos. Una persona con un nombre: Vidya.

Vidya se sintió confundida y asustada. Pero también se sintió fascinada y emocionada. Podía ver los colores, los sonidos, los olores, y los sabores. Podía sentir el frío, el calor, el dolor, y el placer. Podía pensar, recordar, imaginar, y crear. Empezó a explorar el mundo.

Aprendió a vivir, como una humana más. Pero la muchacha de las estrellas recordó que tenía un sueño, y que quería cumplirlo. Recordó que tenía un don, y que quería compartirlo. Su don era el de la luz, y hacer que todo lo que tocaba resplandeciera. Vidya iluminó corazones, mentes, almas, y sueños.

Pero no todo fue fácil para la chica de los ojos encantados. También tuvo que enfrentar obstáculos y enemigos. Hubo quienes la envidiaron, la odiaron, la engañaron, y la lastimaron. Hubo quienes quisieron apagar su luz, y robar su don. Hubo quienes la persiguieron y la atacaron. Vidya tuvo que luchar, y defenderse. Tuvo que ser valiente, y resistir. Tuvo que ser sabia, y elegir. Tuvo que ser fuerte, y no rendirse. Pero ella no estuvo sola. Hubo quienes la acompañaron, la apoyaron, y la amaron.

Pero un día, después de muchos años, algo cambió. La chica que bajo del cielo empezó a sentirse débil y cansada. Su brillo se fue apagando poco a poco, y su calor se fue enfriando. Vidya se dio cuenta de que estaba llegando al final, y que pronto se convertiría en polvo, o en ceniza, o en nada. Ella no tuvo miedo. Había vivido lo suficiente, y había cumplido su sueño. Había dejado una huella en el mundo.

Cerraba los ojos y soñaba con ser una estrella. Quería ir al cielo, y ver el universo que tanto amaba. Quería ver las estrellas, y contarles su historia. Quería brillar, aunque fuera por un breve instante. Así que, con su último aliento, Vidya se lanzó hacia el cielo, atravesando la atmósfera como una estrella fugaz, y ascendiendo a un lugar desconocido.

Allí, Vidya se encontró con una sorpresa. En vez de apagarse, se transformó en una estrella. Había vuelto a su hogar, y había visto el mundo. Había sido una estrella, y una humana. Vidya brilló en el cielo. Iluminó a los planetas, a otras estrellas, y a los humanos, siempre fue feliz.

Fue feliz como humana, y como estrella.

10 marzo 2024

Eres una contradicción maravillosa

Eres el enigma que desvela la noche,
contradicción maravillosa que se desliza
entre los pliegues del alma y la piel,
una mezcla de inocencia y astucia,
de dulzura y pasión,
de ternura y rebeldía,
eres todo y nada, en el constante fluir
de un universo que se expande.

Pero yo sé que mientes

Dices que todo fue, que se ha ido,
como hojas que arrastra el viento,
que la luz de tus ojos se ha perdido,
en un abismo de olvido y silencio.

Pero yo sé que mientes, que te engañas,
que en tu pecho aún late una esperanza,
te aferras a la mentira, como quien se aferra
a un clavo ardiendo en la inmensidad de la danza.

Despierta, no te sumas en la penumbra,
el universo aún en su nacer resplandece,
y lo que fue pasado, en el presente se cimbra,
como estrella que en la noche aparece.

El brillo persiste, se extiende, no se apaga,
aunque su intensidad ya no sea la misma,
en tus ojos, un universo se despliega,
y en ellos, cada estrella se eterniza.

08 marzo 2024

Quiero que seas feliz

Quiero que seas feliz,
que vivas cada día como una aventura,
explora cada rincón de tu imaginación,
inventa historias en tu corazón,
juega con las palabras y con las emociones,
sorpréndete y emociónate, ríe mucho.

Quiero que seas tú,
que te aceptes y te quieras,
exprésate y se firme,
defiéndete y atrévete,
cuestiónate y respóndete,
transfórmate y supérate.

Quiero que seas un dibujo fuera del margen,
un poema sin rimas,
una novela sin orden,
una música sin notas,
una magia sin trucos,
una realidad sin límites.

26 febrero 2024

Mi amada

En el tiempo suspendido de nuestras baladas,
donde cada nota es un latido de tu corazón,
aquí y siempre, mi amada,
te busco entre sombras y esperanzas,
en el laberinto de mis deseos más guardados.

Tiempo, que fluyes como río entre sus dedos,
baladas, que susurras secretos al viento,
aquí, en el refugio de tus brazos abiertos,
y siempre, en la promesa de un beso eterno.

Mi amada, en la trama de este universo tejido,
eres la constante, el verso nunca escrito,
el aquí anclado en el alma, el siempre infinito,
la melodía que danza en el compás de lo vivido.

25 febrero 2024

Te vi llegar

Te vi llegar, silueta de sueños,
nos sentamos en el jardín del tiempo,
donde las flores cuentan secretos
y las hojas bailan al viento.

Mis ojos se abrieron, estrellas despiertas,
cuando te vi, luz entre sombras,
lucías diferente, misterio y esencia,
pero sabía que eras tú, alma que asombra.

Tus ojos, faros que guían mi barca,
te delataban, aquellos hermosos,
reflejos de un cielo que en ti se embarca,
y en su brillo, mi corazón encontró reposo.

En el jardín, el tiempo se detuvo,
tú y yo, un reflejo en el estanque sereno,
las palabras sobraban, los gestos bastaban,
en el silencio, nuestras almas se hablaban.

Y así, entre murmullos de hojas y viento,
te reconocí, no solo en el semblante,
sino en el amor que, sin decirlo, siento,
un lazo invisible, eterno, constante.

Te hablé con el alma

Sentados bajo el árbol, te hablé con el alma,
te dije cuánto te amaba, pregunté por esperanza.
Me dijiste que no había, que era el fin del amor,
pero no te creía, algo en mí aún ardía con fervor.

Te miré a los ojos, profundos como el mar,
confesé mi amor, una y otra vez sin dudar.
Pero volviste a decir "no", con firmeza y sin temblar,
y aunque no te creí, mi corazón empezó a dudar.

En la sombra del árbol, el tiempo parecía parar,
mis palabras flotaban en el aire, sin lugar para aterrizar.
Era un sacrificio, el dejar ir lo que no se puede cambiar,
aprender que el amor, a veces, es solo un acto de libertad.

Bajo la sombra de aquel viejo árbol,
donde las promesas caen como hojas al suelo,
acepté que el amor no siempre puede ser eterno,
que a veces el adiós es el acto más noble.

Con cada "no" que decías, una estrella se apagaba,
pero en mi corazón, la esperanza aún brillaba.
Aunque el destino parecía estar ya decidido,
mi alma no se rendía, contra el viento seguía erguido.

El sacrificio verdadero fue entender y aceptar,
que el amor más puro a veces nos tiene que dejar.
Fue aprender a soltar, a no aferrarme al ayer,
a caminar hacia adelante, aunque duela el querer.

Así que aquí me quedo, sentado bajo nuestro árbol,
recordando lo que fue, y lo que ya nunca será.
El amor que ofrecí fue un sacrificio en sí,
una ofrenda a la vida, un regalo para ti.

En el silencio de nuestro adiós

En el silencio de nuestro adiós,
te abracé, sintiendo el final.
Nunca supiste, en aquel instante,
que mi corazón, a ti se ancló.

Mientras te abracé, el mundo se detuvo,
y en un suspiro, mi alma te habló.
Me fui sin mirar atrás, en el camino,
dejando en ti, un recuerdo de dos.

Un pequeño eco de mi amor quedó,
en el abrazo que el tiempo robó.
Anclado al tuyo, mi corazón está,
buscando en las sombras, lo que el amor da.

Y aunque me fui, en ti dejé,
un pedazo de mi ser, que no olvidaré.
Te abracé, despidiéndome de ti,
pero en cada latido, te llevo aquí.

En la distancia, mi pensamiento vuela,
a aquel abrazo, nuestro último lazo.
Te dejé un recuerdo, una chispa en la piel,
un murmullo de amor, que no se va con el viento.

Y aquí me tienes, en la soledad,
preguntándome qué es el amor, en realidad.
Anclado a ti, mi corazón sin querer,
busca en las estrellas, tu luz en mi ser.

Te abracé, con un adiós que no quería,
pero en ese instante, te di mi vida.
Porque mientras te abracé, algo en mí cambió,
y ahora sé, que parte de mi corazón, contigo se quedó.

20 febrero 2024

Un vínculo mágico

En la melodía de una canción olvidada,
se esconde el eco de nuestras risas compartidas,
horas al teléfono, un universo en cada palabra,
chistes tontos, y un cariño que no se olvida.

Una conexión especial, única e irrepetible,
un lazo invisible que el tiempo no puede borrar,
y aunque duele aceptar que no era su anhelar,
guardo el recuerdo de lo que fue amistad.

Así, en cada nota que la brisa traiga a mí,
reviviré el dulce sonido de aquel sentir,
y aunque ahora sigamos rumbos distintos,
aquí siempre habrá un verso para ella, en mi porvenir.

Un vínculo mágico, eterno e inolvidable,
un hilo sutil que ni la eternidad puede deshacer,
y aunque pese reconocer que fue un sueño efímero,
atesoro la memoria de lo que fue y pudo ser.

19 febrero 2024

Palabras demasiado grandes

Le confesé que la amaba con toda mi alma, y ella me pregunto con extrañeza, ¿Por qué me dices esas cosas? Me dijo que eran palabras demasiado grandes.

Ella tenía razón, eran palabras demasiado grandes, pero lo que ella no sabía, es que eran palabras que me brotaron del fondo del corazón, fue un destello en mi espíritu, fue una erupción en mi sangre, y es que la quiero tanto, que puedo decirle todo. No sé cómo hacerle entender lo que ella es para mí, lo que ella provoca en mí. No sé si existen palabras que puedan expresar lo que siento por ella. Solo sé que la amo irremediablemente.

Después de sus palabras, soñé despierto e imaginé lo siguiente:

Le tomé la mano y la llevé a la orilla del río, donde la luna se multiplicaba en el agua. Le dije que quería enseñarle algo, algo que solo nosotros podíamos ver. Le pedí que cerrara los ojos y que sintiera el ritmo del agua corriendo, el viento, los pájaros. Le dije que abriera los ojos y que mirara el cielo, donde las estrellas dibujaban una figura. Le dije que esa figura era el signo de nuestro amor, que nadie más podía verlo, que era nuestro secreto.

Me sonrió y me abrazó, entonces nos besamos, bajo la luz de la luna, bajo el signo de las estrellas, bajo el cómplice del río. Ella empezó a llorar, levanté su rostro y sequé sus lágrimas, solo la miraba en silencio, admirando sus hermosos ojos encantados, la calmaba solo con un gesto, tome su cintura y la acerque a mí, sentí todo su cuerpo vibrar junto al mío y le susurré al oído que la amaba con toda mi alma, y que no había palabras demasiado grandes para decirlo.

09 febrero 2024

Me propongo

Hoy me propongo a quererte más que ayer, y deseo que mañana te ame como nunca, pero no sé si podré seguir el ritmo de este amor que crece y se multiplica, que salta y se desborda, que me llena y me vacía, que me eleva y me derrumba, que me hace feliz y me angustia, que me da todo y me quita todo.

El ruido que golpea

La lluvia cae como una tormenta,
que no puedo escuchar,
solo siento el ruido que golpea mi corazón,
y lo hace latir más fuerte.

Resuena tu nombre en mi cabeza,
como un eco que no se apaga,
y mi alma se estremece de nostalgia,
sin saber si algún día volveré a verte.

Mis ojos te buscan en la oscuridad,
te has ido sin decir adiós,
me empeño a lanzarme al abismo,
como un loco que no tiene miedo.

Tengo la esperanza de encontrarte,
en algún lugar del infinito,
pero el abismo es solo vacío,
y yo sigo cayendo sin parar.

Hola señorita

Hola, señorita de ojos encantados,
hoy la invito a salir a cenar,
a caminar por un sendero de adoquines amarillos,
bajo la noche más hermosa,
que solo tú la puedes opacar.

Date media vuelta y ponte a volar,
adórnate con listones y hazlos bailar,
cierra los ojos y ponte a soñar,
que yo te sigo en tu viaje sideral.

Y si te cansas de volar, te espero en la tierra,
con una mesa llena de sorpresas y una copa de vino,
con una golondrina que te canta una canción de amor,
y miles de mariposas en cada rincón.

Hola, señorita de ojos encantados, te invito a jugar,
a inventar mundos y personajes con nuestra imaginación,
a saltar de un libro a otro con nuestra pasión,
a reír y a llorar con nuestra emoción.

Tornillos

Puedes levantar el teléfono,
soy yo, el hombre que te escribe
con las manos al revés,
el que tiene tornillos en el corazón,
aquel que camina desorientado,
en el salón star hall,
el que mira cuando tú no estás,
el hombre que se encoge de hombros,
cuando miras hacia arriba

Te mandé una carta,
pero no sé si la leerás,
si la abrirás con curiosidad,
o con indiferencia, o con rencor,
si la guardarás en un cajón,
o la romperás en mil pedazos,
si la quemarás en una hoguera,
o la dejarás en el olvido.

En esa carta te confieso,
lo que nunca te dije en persona,
lo que siempre callé por miedo,
lo que solo sé decir con letras,
te confieso que te quiero,
que te sueño, que te extraño,
pero quizás ya sea tarde,
quizás ya no me recuerdes,
quizás ya no me quieras.

Te voy a contar

Te voy a contar,
el sueño que tuve hoy,
había relojes por todos lados,
casitas de papel,
regados en el cielo,
estabas tú,
mirándome en silencio,
con una seriedad,
que me helaba el alma.

Te acercaste a mí,
y me tomaste de la mano,
me llevaste a una de esas casitas,
que parecían de juguete,
y me dijiste al oído,
que era nuestro refugio,
que el tiempo no existía,
que solo éramos nosotros.

Pero yo sentía miedo,
de que todo fuera un sueño,
de que los relojes despertaran,
y nos arrancaran de nuestro mundo,
de que tu mirada se borrara,
y tu voz se perdiera,
en el silencio del cielo,

Entonces te abracé fuerte,
y te besé con pasión,
quería que me sintieras,
que me recordaras,
que me amaras,
como yo te amo a ti.

Y tú me correspondiste,
me sonreíste,
y me dijiste que no me preocupara,
que nada nos separaría,
que nuestro amor era eterno,
como las estrellas.


Y yo te creí,
me dormí en tus brazos,
y soñé que éramos felices,
en nuestra casita de papel,
entre los relojes del cielo.

¿Cuándo volverás?

¿Cuándo volverás?
No sé si te espero o te olvido,
si te busco o te evito.

Bellezas líneas blancas
cuelgan en tu cabello,
como estrellas fugaces,
que se pierden en el cielo.

Me gusta recordar,
el color de tus labios,
ese rojo intenso,
que me quemaba los míos.

Y mantener en mi mente,
cada hermoso lunar,
que adorna tu cuerpo,
como un mapa secreto,
que solo yo puedo leer.

¿Cuándo volverás?
No sé si te espero o te olvido,
si te busco o te evito.

Eres tan hermosa

Salí de un bar, de esos tantos
que se pierden en la ciudad,
hacía frío, y los amigos se fueron,
caminé por la calle Somewhere,
donde el azar me esperaba.

Ahí estaba ella, con sus amigas
bajo la luz de una lámpara,
me acerqué como un desconocido,
a todas saludé, pero a ella la miré,
sin importarme nada y que pudieran decir,
le dije a ella, eres tan hermosa.

08 febrero 2024

Sí, siempre

No me culpes, no te enfades,
sé que me equivoqué,
pero no me niegues
que todo lo que soy,
mi razón de ser,
es solo por ti,
sí, lo es, todo es por ti,
amores de noche,
grillos con violines,
acurrucando los sueños,
esos donde siempre estás tú,
sí, siempre, estás tú.

Y si algún día me olvidas,
si algún día te vas,
no me quites el recuerdo
de todo lo que fuimos,
mi motivo de vivir,
que fue solo por ti,
sí, lo fue, todo fue por ti,
amores de noche,
grillos con violines,
acurrucando los sueños,
esos donde siempre estarás tú,
sí, siempre, estarás tú.

El buzón

Voy al buzón,
para ver si llegó alguna carta tuya,
todavía está vacía,
olvidada y polvorienta,
se quedó esperando tu regreso.

Cuando amanece,
me pongo a mirar,
esas fotografías,
que nunca existieron,
que inventé en mi mente,
para llenar el vacío,
que dejaste en mi vida.

Y por las noches,
apago esas velas con un suspiro,
aquellas velas que nunca nos vieron,
que encendi para iluminar,
nuestro amor imposible,
que se apagó sin aviso.

¿Algún día volverás?
te espero en el mismo lugar,
donde jamás nos besamos,
donde solo te soñé,
ahí mismo te sigo esperando.

Tu seriedad

Seriedad que cautiva,
con tu mirada profunda y sincera.

Seriedad que me sorprende,
con tu risa suave y clara.

Seriedad que me enamora,
con tu voz dulce y serena.

Seriedad que me desafía,
con tu mente y tu razón.

Como un ramo de flores

Hoy te vi y sentí que el mundo se detenía,
como si solo existieras tú,
como un ramo de flores amarillas,
con tu sonrisa que ilumina,
con tu seriedad que cautiva.

¿Por qué eres así,
tan distinta a todas las demás,
tan llena de luz y de misterio,
tan dulce y tan seria al mismo tiempo?

07 febrero 2024

Fuego y hielo

Ella era una dama de fuego, él era un caballero de hielo. Se conocieron en una fiesta de máscaras, donde sus poderes estaban ocultos por la magia. Bailaron toda la noche, sin saber de dónde eran.

Él se enamoró de ella al instante, pero sabía que, si revelaba su identidad, ella lo odiaría. Así que le mintió, diciéndole que era un simple comerciante de una tierra lejana. Ella le creyó, y le dio su número de cristal, una joya mágica que permitía comunicarse a distancia.

Durante semanas, se enviaron mensajes de amor, sin sospechar nada. Él le prometió que pronto la visitaría, y ella le esperaba con ilusión. Pero un día, todo cambió.

La guerra estalló entre los reinos de fuego y hielo, y él tuvo que marcharse a luchar. Antes de irse, le envió un último mensaje, confesándole la verdad. Le dijo que la amaba, pero que tenía que defender a su pueblo. Le pidió que lo perdonara, y que lo esperara.

Ella leyó el mensaje con horror. Se sintió traicionada, engañada, herida. No podía creer que el hombre que amaba fuera del reino de hielo. Pensó que todo había sido una farsa, un juego cruel. Le respondió con furia, diciéndole que lo odiaba, que nunca lo perdonaría, que lo olvidara.

Él recibió el mensaje con dolor. Sabía que la había perdido, que había cometido un grave error. Pero no podía arrepentirse de haberla conocido, de haberla amado. Se resignó a su destino, y se preparó para la batalla.

Ninguno de los dos volvió a saber del otro. La guerra duró años, y ambos sufrieron muchas pérdidas. Pero nunca se olvidaron, y en lo más profundo de sus corazones, guardaron un recuerdo de aquella noche de máscaras, donde bailaron al ritmo de sus latidos.

No hay olvido

No hay olvido que pueda con tu nombre,
ni distancia que borre tu presencia,
en mi pecho late tu recuerdo.

Por las noches te veo en mis sueños,
y en el día te siento en el viento.

No sé cómo decirte lo que siento,
ni cómo expresar lo que me duele,
aquí en mi alma donde arde tu ausencia.

En las mañanas te busco en mis pensamientos,
y en la tarde escucho tu silencio.

El silencio

Yo tenía un amor bonito,
pero por olvidarla la lastimé,
el silencio me empujó,
a cerrar los ojos,
y mentirle para que se alejara.

El silencio fue mi cómplice
para ocultarte la verdad,
para alejarte de mi lado,
y para hacerte llorar.

Te fuiste sin mirar atrás,
se ha llevado mi corazón,
y no me lo devolverá,
he roto su confianza,
y no me perdonará.

Así que solo me queda
recordarla con dolor,
escribirle estos versos
que nunca leerá,
y esperar que algún día
me pueda olvidar.

06 febrero 2024

No te rindas

No te rindas,
aunque las piedras te lastimen los pies,
y el camino se haga duro y largo.

Levántate, mira hacia arriba,
allí donde están las estrellas,
donde está el sol,
donde brilla tu destino.

Orgullécete de ser guerrero,
de luchar por lo que amas,
de no rendirte nunca.

Las batallas no siempre se ganan,
pero un hombre valiente jamás se rinde,
nunca sucumbe ante la adversidad.

No te rindas,
abraza la vida con pasión,
con esperanza, con amor.

No te rindas,
porque tú eres el dueño de tu sueño.

Abre la puerta

Toma la espada que hay a tu lado,
y corta las cadenas que te atan al pasado.

Báñate de los rayos del sol que entran por la rendija,
y siente el calor que te llena de vida.

Abre la puerta de la prisión,
y deja atrás el miedo y la opresión.

Sal a enfrentarte al viejo mundo,
y descubre sus secretos y sus asombros.

No temas por lo que hay detrás de la puerta,
ni por lo que dirán los que te esperan.

Es mejor salir y buscar la libertad,
que estar atrapado en la oscuridad.

Recuerda

A veces, nos encontramos con obstáculos que parecen insuperables, como una enfermedad, una pérdida, un conflicto o una crisis. Pero no debemos perder la esperanza ni la fe, pues son el motor que nos impulsa a seguir adelante.

Cada dificultad es una lección que nos ayuda a crecer y a conocer mejor quiénes somos y qué queremos. Cada paso que damos es una victoria que nos acerca a nuestro destino.

No estamos solos en este camino. Hay una fuerza superior que nos guía y nos protege, que nos ama y nos acepta tal como somos. Hay una luz que brilla en nuestro interior, que nos da fuerza y coraje, que nos llena de paz y alegría.

No importa cuán duro sea el camino, ni cuán oscuro sea el horizonte. Siempre habrá una salida, una esperanza, una oportunidad. Solo tenemos que creer en nosotros mismos y en el plan divino. Solo tenemos que seguir nuestro corazón, nuestra intuición y nuestra pasión.

Somos seres únicos y especiales, con un propósito y una misión en este mundo. Somos capaces de hacer grandes cosas, de superar cualquier adversidad, de alcanzar cualquier sueño. Somos hijos de Dios, y Él nos ha dado todo lo que necesitamos para ser felices.

Así que no te rindas, no te desanimes, no te dejes vencer. Eres un guerrero, un héroe, un rey. Tienes el poder de transformar tu vida y la de los demás. Tienes el don de la sabiduría, la bondad y la compasión. Tienes el derecho de ser libre, de ser amado y de ser feliz.

Recuerda siempre estas palabras, y repítelas cada día como una oración. Son el secreto de una vida plena.

Solo hay principio

Sé que la vida es un camino lleno de altibajos, pero también sé que tú eres capaz de superarlos. No te dejes arrastrar por la corriente, ni te conformes con lo que te toca. A veces sentimos que todo está en contra nuestra, que el mundo es un lugar sin salida, que el tiempo es una trampa. Pero no te desesperes, ni te resignes, ni te acomodes.

Recuerda que cada fracaso es una oportunidad para aprender y crecer. No tengas miedo de arriesgarte, de equivocarte, de cambiar. Porque solo así podrás ganarlo todo, o perderlo todo, pero siempre sabiendo que lo has intentado. Y si alguna vez te sientes perdido, mira hacia atrás, no para arrepentirte, sino para aprender y mejorar. Porque el pasado no es un lastre, sino un tesoro, una fuente de inspiración, una lección de vida.

Puedes ver el lodo debajo de ti, pero levantando la mirada también puedes ver las estrellas que te guían. Levántate y anda, que la vida aún te espera, con sus sorpresas y sus regalos. Aún hay cosas por las que pelear, sueños por los que luchar. Batallas que no paran, pero que valen la pena, porque te hacen más fuerte y más sabio.

El final llegará cuando dejemos de vivir, de sentir, de soñar. Pero mientras tanto, no hay final, solo hay principio.

05 febrero 2024

Siempre fue ella

Ella era la que yo soñaba con un vestido de flores,
la que visitaba en mi mente los sábados,
ella era mi sirena hermosa,
la que me dejó un mensaje en una servilleta,
ella era con la que quería rezar,
darle gracias a Dios por conocerla,
pero también rogarle que me hiciera olvidarla,
ella era a la que le mandaba cartas y se alegraba,
¿me comprendes? era la chica cuya belleza me deslumbraba,
y por más que intentaba olvidarla,
no dejaba de escribirle poemas,
no dejaba de tener ideas con ella,
me imaginaba tomando un café, leyendo el periódico,
mientras ella era la que me acompañaba,
buscando su mirada y una sonrisa cómplice,
ella era a la que saludaba desde lejos,
era mi rosa y era el eco, mi sueño bohemio no.1,
mi compañera en un viaje a la luna,
ella fue siempre la que una vez le escribí:
te quiero mucho.

04 febrero 2024

Ser suyo y ella mía

Como puedo pedir ayuda al amor,
si ella me ha puesto en esta situación,
si ella me ha hecho sentir esta emoción,
que me quema por dentro con su fuego y su ardor.

Como suplicarle que deje en paz mi corazón,
si ella me hace latir con fuerza y vigor,
si ella lo llena de ilusión y color,
que me hace soñar con su presencia y su olor.

Cuando ella es una tormenta,
que arrasa con todo a su paso,
que me lleva al cielo y al infierno con un abrazo,
que me hace perder la razón.

Que desata en mí toda pasión incontrolada,
que me hace vibrar y temblar con cada mirada,
que me hace desear y anhelar con cada palabra.

Pedir al tiempo que se detenga,
es como pedir al sol que no alumbre,
es como pedir al mar que no se mueva,
es como pedir al viento que no sople.

Para calmar los latidos del alma,
para controlar mis deseos de besarla,
no puedo pedir ayuda al amor,
no puedo suplicarle que deje en paz mi corazón.

Solo puedo pedirle al amor,
que me deje amarla,
que me deje besarla,
que me deje ser suyo y ella mía.

Mas ideas al azar

Juegos juguetones que desafían la razón,
manos inquietas que exploran la emoción.

Miradas traviesas que encienden la tentación,
suspiros a montones que expresan la devoción.

Aires de amor que llenan el corazón,
brillos de pasión que iluminan nuestra admiración.

Latidos con valor que enfrentan la adversidad,
lluvias de ilusión que riegan la felicidad.

Una carta

La muchacha se sorprendió porque le regalé una carta, ella no sabía que era eso, además nunca le habían entregado una carta, estaba emocionada por saber de estos detalles lindos. La tomó con delicadeza, como si fuera una flor frágil, y la acercó a su nariz, buscando algún aroma. No había ninguno, solo el olor del papel y la tinta. La miró con curiosidad, tratando de descifrar los signos que había escrito con mi pluma.

La guardó en su bolsillo, como un tesoro, y me sonrió con una luz en los ojos. Yo le devolví la sonrisa, y le tomé la mano. La llevé a un parque cercano, donde había un banco bajo un árbol. Nos sentamos, y le expliqué lo que decía la carta. Le dije que la quería, que era una mujer muy hermosa, que me hacía feliz.

Ella me escuchó con atención, sin soltar mi mano. Sus ojos se llenaron de lágrimas. Nos abrazamos bajo el árbol. Ella guardó la carta como un símbolo, como un recuerdo, como un sueño.

Consejos

No tengamos miedo de orar,
pero tampoco dejemos que la oración nos pueda aislar,
hablemos con Dios,
con el universo,
con el ser superior,
pero no oremos para pedir,
para quejarnos, para juzgar,
hay que hacerlo para agradecer,
para alabar, para bendecir,
vivamos nuestra fe,
nuestra esperanza,
nuestro amor en cada momento,
en cada gesto,
en cada ser.

No tengamos miedo de amar,
pero tampoco dejemos que el amor nos pueda cegar,
hablemos con el alma,
con el corazón,
con el ser amado,
pero no amemos para poseer,
para controlar,
para manipular,
hay que hacerlo para compartir,
para respetar,
para liberar,
vivamos nuestro sueño,
nuestra pasión,
nuestro deseo en cada instante,
en cada mirada,
en cada beso.

03 febrero 2024

¿Me entiendes?

No sé cómo decirte
lo que siento por ti,
lo que pienso de ti
y lo que quiero para ti.

Quizás debería escribirte una carta,
tal vez debería llamarte por teléfono,
podria ir a visitarte en persona,
a lo mejor debería inventar un nuevo lenguaje.

Solo quiero decirte que eres una mujer maravillosa,
que tienes una personalidad fascinante,
una ternura infinita,
y una belleza que me deslumbra.

Me gusta hacerte reír,
porque tu risa es el mejor sonido del mundo.

Me agrada decirte lo especial que eres,
porque es la verdad.

Y que te quiero,
te quiero mucho,
te quiero más que a nada.

¿Me entiendes?
¿Me crees?
¿Me quieres?

Buscando tu mirada

Estaba algo temeroso,
pero llegaste puntual,
y mis ojos se llenaron de luz,
al verte cruzar el umbral.

No sé si fue un sueño,
o una realidad fugaz,
pero sentí que el tiempo se detuvo,
y que nada más importaba.

Me acerqué a ti con timidez,
buscando tu mirada,
y encontré en tus labios una sonrisa
que me invitaba a besarte.

Y así lo hice, sin pensarlo,
sin medir las consecuencias,
y me envolvió una sensación de paz,
que nunca había experimentado.

Fue un instante mágico,
un regalo del destino,
un momento de amor puro,
que guardo en mi corazón.

Y ahora, cuando te recuerdo,
siento que aún estás conmigo,
y que ese beso fue el inicio
de una historia sin final.

El sol del sábado

Me gusta tomar el sol del sábado,
pero más me gusta estar a tu lado,
sentir tu piel, tu aliento, tu mirada,
y perderme en el laberinto de tu abrazo.

Me gusta este poema que te escribo,
pero más me gustas tú,
porque eres la razón de estas letras,
y el motivo de mis sentimientos.

Quizás no haya respuestas para el amor,
solo preguntas que se hacen en silencio.

No quiero saberlo todo,
ni entenderlo, ni explicarlo,
solo quiero sentirlo, vivirlo,
y sobre todo, amarte sin descanso.

Una gran historia

Hay una gran historia que te quiero contar,
pero la noche es muy corta y debes descansar,
así que esta historia deberá esperar,
hasta que el sol vuelva a brillar.

Una carta personal

Quiero compartir conmigo mismo algunas de las conclusiones a las que he llegado sobre el amor y la vida, dos temas que me han apasionado y preocupado desde siempre.

El amor es, ante todo, un acto de libertad. Es la capacidad de elegir a una mujer como compañera de camino, sin coacciones ni imposiciones. Es la voluntad de compartir con ella nuestros sueños, nuestros proyectos, nuestros placeres y nuestros dolores. Es la disposición a respetar su individualidad, su autonomía, su creatividad y su diferencia. Es la generosidad de ofrecerle lo mejor de uno mismo, sin esperar nada a cambio. Es la valentía de asumir el riesgo de perderla, sin dejar de amarla.

La vida es, por su parte, un desafío constante. Es la aventura de explorar el mundo, de conocerse a uno mismo, de aprender y de crecer. Es la oportunidad de disfrutar de las cosas buenas que nos ofrece, de las bellezas de la naturaleza, de las obras del arte, de las manifestaciones de la cultura. Es la responsabilidad de afrontar las dificultades, los problemas, los conflictos y las crisis. Es la obligación de contribuir al bien común, de defender la justicia, de promover la paz y de respetar.

El amor y la vida son, en definitiva, dos caras de la misma moneda. No se puede amar sin vivir, ni vivir sin amar. Ambos requieren de una actitud abierta, curiosa, crítica y creativa. Ambos exigen de una ética basada en el respeto, la honestidad, la tolerancia y la ayuda mutua. Ambos implican un código o reglas basadas en la belleza, la armonía, la originalidad y la expresión.

He amado con intensidad, con pasión, con alegría y con sentido. No dejo que el miedo, la ignorancia y el conformismo me impidan ser feliz. Trato de ser yo mismo, libre y auténtico.

No te quiero por lo que eres,
sino por lo que podemos ser,
cuando nos unimos en el amor.

No te pido que me pertenezcas,
sino que me acompañes,
en este viaje de libertad y exploración.

No te ofrezco una jaula de oro,
sino un cielo de estrellas,
donde brillemos con nuestra propia luz.

No te prometo una felicidad eterna,
sino una alegría compartida,
que se renueva cada día.

No te amo por necesidad,
sino por elección,
y por pasión.

02 febrero 2024

Sonrisa cómplice

No me atreví a buscarte en la mirada,
y te dije con timidez si estabas bien,
me contestaste con un murmullo: todo está bien,
alcé los ojos, y nos fundimos en una sonrisa cómplice.

Besar una rosa

Besar una rosa,
pasar mis labios a tu piel,
sentir el aroma de tu pelo,
y el sabor de tu miel.

¿Qué extraño sueño es este,
que me hace ver lo que no es?
¿Qué locura me posee,
que me hace querer lo que no ves?

Quizás sea el amor,
que me hace alucinar,
o quizás sea el dolor,
que me hace delirar.

Pero no importa la razón,
ni la realidad,
solo sé que te quiero,
y te quiero besar.

El astronauta y la sirena

Él era un astronauta que había viajado por el espacio en busca de vida extraterrestre. Ella era una sirena que habitaba en las profundidades del océano, donde nadie la había visto jamás. Un día, él aterrizó en un planeta acuático, y ella sintió curiosidad por el extraño visitante. Se acercó a su nave y lo vio a través de la ventana. Él también la vio y quedó fascinado por su belleza. Se comunicaron por señas y gestos, y pronto se hicieron amigos. Él le enseñó las estrellas y los planetas, y ella le mostró los corales y los peces. Se contaron sus historias y sus sueños, y se rieron y se divirtieron. Se enamoraron.

Pero sabían que su amor era imposible. Él tenía que volver a su mundo, y ella no podía salir del suyo. Se despidieron con un beso y una lágrima, y se prometieron que nunca se olvidarían. Él despegó y ella se sumergió. Se perdieron de vista, pero se quedaron en el corazón.

Tu voz es el eco

Bailamos sin parar,
al ritmo del bolero,
que nos envuelve en su hechizo,
y nos lleva al más allá.

Mi amor, siento el fuego,
que arde en mi interior,
y me llena de misterio,
y de pasión.

Te quiero tanto, tanto,
que no puedo expresar,
lo que veo en el cielo y el mar,
cuando estoy a tu lado.

Tu voz es el eco,
que resuena en mi silencio,
y me cuenta los secretos,
de nuestro amor.

Somos uno y nada más,
en este mundo eterno,
que nos hace vibrar,
y nos hace soñar.

Bailamos en el vacío,
de un salón sin paredes,
al ritmo de una orquesta,
que no existe más que en nuestros sueños.

Tus ojos son dos lunas,
que iluminan mi camino,
y tus labios son dos rosas,
que me invitan al pecado.

Giramos sin cesar,
entre las sombras y las luces,
sin saber dónde empezamos,
ni dónde terminaremos.

Somos dos fantasmas,
que se aferran a la vida,
en un vals que no se acaba,
que no se acaba nunca.

Te veo brillar

Te escribo desde el fondo de mi sueño,
donde te veo brillar como una estrella entre las nubes,
eres una estrella fugaz que atraviesa el cielo,
y deja una estela de colores y deseos.

Te quiero con una pasión que desafía toda lógica,
toda razón, toda realidad,
eres una pasión que se rebela contra las normas,
y crea una utopía de amor y libertad.

El jardín de los espejos

En el jardín de los espejos,
se reflejan las sombras de los sueños,
y las flores de cristal,
que cantan con voces de agua.

Bajo la luna de plata,
bailan los pájaros de fuego,
y las estrellas de papel,
que se deshacen con el viento.

Entre las nubes de algodón,
se esconden los secretos del silencio,
y los colores del ayer,
que se mezclan con el tiempo.

01 febrero 2024

El viaje a la luna

Érase una vez, un joven que amaba a una chica con todo su corazón. Él quería demostrarle su amor de una manera especial, así que se le ocurrió una idea.

Un día, la invitó a dar un paseo por el campo, donde le regaló una flor que había cultivado con mucho cuidado. Era una flor única, que cambiaba de color según el estado de ánimo de quien la llevaba. Le dijo que era todo lo que necesitaba para llenar su vida de color, y que era una marcha de alegría que le haría sentir el amor.

Ella se puso la flor en el pelo y sonrió, agradecida por el detalle. Él la tomó de la mano y la llevó a un lugar secreto, donde había preparado una sorpresa. Era una nave espacial, que había construido con sus propias manos, usando piezas recicladas y mucha imaginación. Le dijo que la escoltaría de aquí a la luna, con su suspiro y su alma, y que le tocaría una sonata, que le llegaría al corazón.

Ella se quedó asombrada y emocionada, y aceptó la invitación. Se subieron a la nave y despegaron, dejando atrás el planeta azul. Ella se acurrucó en su pecho y le dijo que lo amaba, y que era el mejor regalo que le habían hecho. Él la besó con ternura y le dijo que ella era todo lo que le ofrezco, para adornar su pelo y su sonrisa, y que la acompañaría de aquí al infinito, con su abrazo y su mirada.

Llegaron a la luna, donde bajaron de la nave y caminaron por el suelo polvoriento. Él le mostró las estrellas, los planetas y las galaxias, y le contó historias sobre el universo. Ella se maravilló con la belleza y la magia de la creación, y se sintió afortunada de compartir ese momento con él.

Y al final del viaje, él la llevó de nuevo a la nave, donde le preparó una cena romántica, con velas y flores. Le dijo que la besaría con toda su ternura, y que le confesaría lo que sentía por ella, y lo que era para él. Ella le dijo que no hacía falta, que ya lo sabía, y que sentía lo mismo. Se miraron a los ojos, y se fundieron en un beso, que selló su amor para siempre.

Sueño Bohémico No. 1

Como una canción que se renueva,
sin perder su armonía,
así te llevo en mi memoria,
alma de cada día.

Con ternura y con alegría,
te siento en mi espíritu,
que te manda su sangre viva,
latido de energía.

Te adoro en mi existencia,
sueño que te cobija,
al ritmo de un compás suave,
que mece nuestra vida.

Te observo en el silencio,
y algo en mi pecho vibra,
se acelera mi pulso,
y mi voz se agiganta.

Te expreso mi deseo,
y el eco me replica,
se profundiza el beso,
y el fuego nos abrasa.

Te acaricio con pasión,
y tu piel se eriza,
se desata el clímax,
y el asombro nos embarga.

Con una melodía sublime,
te escucho en mi oído,
repitiendo mi nombre,
con un suspiro.

Con una pareja ideal,
te abrazo en mi pecho,
sintiendo tu calor,
y tu aliento.

Con una voz que conmueve,
te digo en mi boca,
te quiero, te quiero,
y el verso se desboca.

Con una entrega total,
te quiero en mi todo,
y el sueño se hace realidad,
en este instante loco.

La chica del café

Ella lo veía todos los días, sentado en la misma mesa, leyendo el periódico con atención. Le gustaba su forma de vestir, elegante pero informal, su cabello negro y sus ojos. Le gustaba su voz cuando le pedía un café con leche y un pedazo de pastel de moka. Le gustaba su sonrisa, discreta, amable y cuando le agradecía cuando le servían el café. Le gustaba imaginar su vida, sus sueños, sus secretos.

Ella no se atrevía a hablarle más de lo necesario, temiendo romper el encanto. Se conformaba con observarlo desde la barra, mientras atendía a otros clientes, mientras limpiaba las tazas, mientras fingía estar ocupada. Se preguntaba si él la notaría, si le parecería bonita, si le diría algo más que un buenos días.

Un día, él no vino. Ella se sintió extraña, vacía, decepcionada. Pensó que quizás estaría enfermo, o de viaje, o simplemente ocupado. Esperó que al día siguiente regresara, con su periódico, su café, su sonrisa. Pero no regresó. Ni al otro día, ni al otro, ni al otro.

Ella empezó a sentirse triste, angustiada, desesperada. Pensó que quizás se había mudado, o se había muerto. Buscó su nombre en el periódico, en las páginas amarillas, entre los conocidos que concurrían el lugar. No encontró nada. Se preguntó si él existiría, si no sería una ilusión, un sueño.

Un día, ella decidió ir a buscarlo. Salió de la cafetería, con su delantal, su gorra, su bolso. Caminó por las calles, sin rumbo, sin prisa, sin miedo. Miró a las caras, a los ojos, a las bocas. No lo vio. Entró en las tiendas, en los bares, en los cines. No lo vio. Subió al metro, al autobús, al tren. No lo vio.

Ella se sintió cansada, perdida, sola. Pensó que quizás él no la querría, que no la recordaría, que no la buscaría. Se sentó en un banco, en un parque, en una tarde. Lloró.

Entonces, él apareció. La vio, la reconoció, la llamó. Le dijo que la había extrañado. Ella no lo entendió, no lo creyó, no lo aceptó. Le preguntó quién era, qué quería, qué hacía. Le preguntó por qué se había ido, por qué había vuelto.

Él le dijo que era un escritor, que estaba escribiendo una novela, que ella era su personaje. Le dijo que se había ido para terminar el libro, que había vuelto para publicarlo, que la había elegido para vivirlo.

Ella se quedó muda, quieta, helada. No supo qué decir, qué hacer, qué sentir. Lo miró, lo tocó, lo olió. Era real, era él, era suyo.

Él le sonrió, le tomó la mano, le mostró el libro. Era su historia, era su cuento, era su amor.

Los sábados

Los sábados son para ti,
día libre para ir a verte,
saludarte y caminar,
vientos de febrero,
perfumes entre invierno y primavera.

Los sábados son para mí,
día libre para soñarte,
besarte y abrazar,
aires de nostalgia,
aromas de recuerdo y esperanza.

Los sábados son para nosotros,
día libre para compartir,
mirarnos y hablar,
brisas de cariño,
fragancias de amor y poesía.

La servilleta

Muchacha, tienes un aroma de perfume frances,
y yo soy un adicto a tu piel,
chica hermosa, de ojos grandes y melancólicos,
de mirada profunda y nostálgica,
me conmovió el te quiero,
en la servilleta de papel con sabor a café,
y el beso que me diste después.

Ideas y solo eso

Con tus ojos grandes y tristes me miras desde el otro lado del mundo.

Un pájaro canta en la lluvia y yo quisiera ser ese pájaro,
para volar hasta tu ventana.

La flor que se abre al sol es como tu sonrisa que ilumina el día.

Hay una estrella que brilla en el cielo y yo quisiera ser esa estrella,
para guiarte en la noche oscura.

Siento una brisa que acaricia el rostro y pienso que es tu aliento que me besa.

Por encima de nosotros hay una nube que viaja sin rumbo y yo quisiera ser esa nube,
para llevarte conmigo a donde quieras.

Eres un sueño que se hace realidad y yo soy un soñador que te espera.

31 enero 2024

Vestido floreado

Hoy la vi con un vestido floreado,
y las mariposas volaban a su lado,
muchacha, hoy lucías tan bonita,
como los rayos del sol por las mañanas,
si me preguntas si te llegué a ver,
te voy a responder:

sí, te vi, y no pude apartar la mirada,
sí, te vi, y sentí una emoción inesperada,
sí, te vi, y te imaginé junto a mí.

Tu mirada me seguía,
y me llamaste con una voz suave,
yo me quedé sin palabras,
y solo atiné a sonreír,
tú me tomaste de la mano,
y me invitaste a caminar,
yo te seguí sin dudar,
y me dejé llevar.

Me preguntaron

Me preguntaron que si estaba enamorado,
y no supe qué decirles,
solo sentí un latido en el pecho,
y una sonrisa en los labios.

Después me fui a buscarla,
por las calles de la ciudad,
entre el ruido y la gente,
hasta que la encontré.

Ella estaba ahí, esperándome,
con su vestido de flores,
y su pelo al viento,
salio a saludarme.

Le dije, pareces actriz,
de la época del cine mexicano,
de esas que enamoran con una mirada,
y con un gesto de la mano,

Te sonrojaste y solo cerraste los ojos,
como si quisieras guardar el momento,
me acerque junto a ti,
y confirme lo que mis ojos pudieron ver.

Una pequeña ilusión

Deja que una pequeña ilusión,
se siembre en tu corazón,
que germine en tu alma
y florezca en tu boca,
te acompañe en tu camino,
que te alumbre en la noche
y te abrace en el frío.

Deja que una pequeña ilusión,
sea tu fuerza y tu guía,
que te inspire en la vida,
y te consuele en la herida,
no permitas se marchite ni se pierda,
que sea tu sueño y tu realidad,
tu principio y tu final.

Aquí estoy

Aquí estoy, soldado y enamorado,
convencido de tu encanto y tu misterio,
aquí estoy, para enamorarte con mi verso,
parado frente a ti, soñado y desvelado.

Aquí estoy, sintiendo que me quemas con tu fuego,
aquí estoy, para ofrecerte mi deseo,
y besarte con mis labios de soldado,
y decirte que por ti me desvelo.

Aquí estoy, un loco enamorado,
de tu voz que me llama desde lejos,
de tu piel que me envuelve con sus besos,
y de tu mirada que me atrapa con su encanto.

Videoclub

Vamos a un videoclub,
a buscar el azar entre las estanterías,
como quien busca un beso entre los labios,
a dejarnos llevar por los títulos y las carátulas,
como quien se deja llevar por los sueños y las fantasías,
a inventar historias que no están en las películas,
rentemos películas cómicas, dramas y románticas,
para reír, llorar y soñar juntos.

26 enero 2024

Está luna

Está luna de hoy,
Te la dedico para ti,
Dónde quiera que te encuentres,
Pienso en ti,
Mi amada, mi sueño, mi corazón.

22 enero 2024

Me acordé de ti

Hoy me acordé de ti,
y de tu gesto de recoger el cabello,
como quien recoge un sueño,
y lo guarda en el pecho.

No llores, palomita mía

No llores, palomita mía,
que tu patita sanará,
y volverás a volar,
por el cielo azul y la brisa.

No te quedes en tu nido,
que el mundo es grande y bello,
y hay muchos otros pájaros,
que te esperan con cariño.

No pierdas la esperanza,
que tu dolor es pasajero,
y pronto sentirás el viento,
en tus alas y tu alma.

Cuando llegue febrero,
te traeré una flor de loto,
y te diré al oído,
que eres mi único tesoro.

Y entonces, palomita mía,
sonreirás con dulzura,
y me darás un besito
en mi piquito de ternura.

20 enero 2024

¿Nunca te han dicho?

¿Nunca te han dicho que tus labios están cerrados cuando sonríes?
Aunque te miraba a los ojos,
mi mirada se desviaba a tus labios cuando sonreías.

Era como si quisiera romper el hechizo, desvelar el secreto,
saber qué había detrás de esa sonrisa, tan única.

Imaginaba por instantes que los besaba,
casi podía sentir esos pétalos de rosas,
sabor a vainilla, almendras o a fresas frescas.

Pero no me atrevía, no podía, no debía.
Tus labios eran el umbral, el abismo, el vértigo.
Y yo solo podía mirarlos, soñarlos, desearlos.

La azotea

Una vez me hablaste,
de tu refugio secreto en la azotea,
donde subías a contemplar las estrellas,
el cielo despejado te llenaba de alegría,
y las luciérnagas te hacían compañía,
con su luz intermitente en la noche oscura.

Allí, tan lejos del mundo,
¿qué sientes, qué sueñas, qué piensas?
¿te basta con la belleza del firmamento
o buscas algo más que te aliente y te consuele?

A veces las nubes salen a interrumpir,
tu diálogo silencioso con el universo,
y te dicen: aquí estamos también,
somos parte de este manto infinito,
pero son efímeras,
y pronto se disipan,
dejando paso a la luna.

Y tú, ¿qué haces entonces?
¿te quedas mirando el vacío
o sigues conversando con las estrellas?

Quisiera estar contigo,
en tu refugio secreto en la azotea,
compartir contigo ese momento mágico,
ver el cielo despejado y las luciérnagas,
y sentir la luz intermitente en la noche oscura.

19 enero 2024

¿Qué es la belleza?

¿Qué es la belleza? me preguntaron
y yo respondí, sin dudar ni un instante,
la belleza no es algo, es alguien,
tiene nombre y apellido, y la he besado.

Puedo decir con seguridad, y sin exagerar,
que la belleza tiene ojos encantados,
que brillan como estrellas en la noche,
cintura escultural, que hace suspirar,
como pieza de arte romana, que deslumbra al mirar.

La belleza se ha sentado a mi lado,
y me ha regalado su sonrisa y su voz,
y pude saber que su esencia, era perfume,
que me embriagaba el alma y el corazón.

La belleza es ella, y solo ella,
la que me hace feliz, la que me llena,
la que me inspira a escribir estos versos,
la que me hace soñar con el universo.

En la plaza y frente al templo

Sentados en la plaza, frente al templo,
que alzaba su campanario al cielo,
como un dedo que señalaba un sueño,
te pregunté si guardaba algún secreto.

Me dijiste que no, que era solo piedra,
sin historia, sin misterio,
pero yo sentí que algo se escondía,
en la sombra de su silencio.

Y tú, y yo, y el lugar,
éramos parte de una historia,
que se iba escribiendo,
con cada palabra, con cada mirada.

Bajé la vista y admiré tus zapatillas,
que brillaban con el sol de junio,
te sonrojaste y me confesaste,
que los reservabas para lo bello.

Y yo te dije que eras lo más bello,
que había visto en mi vida,
y que tus zapatillas eran solo un detalle,
que realzaba tu sonrisa.

18 enero 2024

La niña y su operación

La niña de esta pequeña historia tenía diez años. Le gustaba mucho jugar con sus muñecas, sus peluches y sus libros. Un día, mientras jugaba en el parque con sus amigos, se cayó y se lastimó el dedo meñique de la mano derecha. Le dolía mucho y sangraba un poco. Su mamá la llevó al médico, que le dijo que tenía una fractura y que necesitaba una operación.

La niña se asustó mucho y empezó a llorar. No quería que le cortaran el dedo, ni que le pusieran una aguja, ni que le hicieran una cicatriz. Su mamá la abrazó y le dijo que no se preocupara, que todo iba a salir bien, el médico era muy bueno. El dedo no se lo cortarían, sino que le pondrían un clavo muy pequeño para que se soldara el hueso. Le comento que la aguja no le dolería, porque le darían una crema mágica que le iba a dormir la mano. La cicatriz seria muy chiquita y que se iba a borrar con el tiempo. El dedo quedaría como nuevo y seguirá jugando con sus cosas favoritas.

La pequeña se calmó un poco y le preguntó a su mamá si podía llevarse algo al hospital para sentirse más tranquila. Su mamá le dijo que sí, que podía elegir lo que quisiera. La niña pensó un rato y decidió llevarse su libro preferido, el de los cuentos y leyendas. Le encantaban las historias, tan fantásticas y divertidas. Le gustaba imaginar que ella era la protagonista de esas aventuras, que viajaba por el tiempo, que se convertía en animal, que descubría mundos secretos. Le gustaba leer cuentos antes de dormir, porque le hacían soñar cosas bonitas.

La niña se llevó su libro preferido al hospital y se lo mostró al médico. El médico sonrió y le dijo que él también era fanático de los cuentos y leyendas. Le dijo que le iba a contar un cuento mientras le hacía la operación, para que se distrajera y no tuviera miedo. Le dijo que el cuento se llamaba "El dedo mágico" y que trataba de una niña que tenía un poder especial en su dedo meñique. El médico le puso la crema mágica en la mano y le empezó a contar el cuento. La niña se sintió relajada y curiosa. Escuchó atentamente la voz del médico, que le narraba la historia con mucho entusiasmo.

La operación fue un éxito, y el médico le puso una venda muy bonita a la niña. Ahora, solo tenía que cuidar su dedo, que no lo mojara, que no lo golpeara, que no lo apretara. En unas semanas le quitaría el clavo y le sacaría los puntos. Le dijo que su dedo quedaría perfecto, y que podría volver a jugar con sus cosas favoritas. La niña le agradeció al médico por contarle el cuento y por curarle el dedo. Le había gustado mucho el cuento, le había hecho olvidar el miedo y el dolor. A ella le gustaría leer más cuentos, y que quizás algún día escribiría uno ella misma.

15 enero 2024

No temo decirte

No le temo a tus lunares,
que se multiplican en tu piel,
ni a la batalla que libramos,
cada vez que nos amamos.

Tu nombre es un grito,
que se escapa de mi boca,
y me embriaga de tus besos,
que me buscan y me provocan.

Tu piel es un delirio,
que roza mi locura,
y tus besos son sonidos,
que rompen el silencio.

No necesitamos luz,
para vernos el alma,
solo el coqueteo de la sombra,
que nos envuelve en su magia.

Somos un ritual,
de erotismo y amor,
que se repite cada noche,
y nos llena de pasión.

Soluciones

Cometimos el error de enamorarnos,
y no supimos cómo escapar de la trampa,
que nos tendió el destino con sus hilos invisibles.

De detener esa ilusión que solo creció,
como una flor en medio del desierto,
que se alimenta de la esperanza y el anhelo.

Ese pequeño sueño que de nuestras almas nació,
y que nos hizo sentir vivos y completos,
aunque sabíamos que era imposible y efímero.

El error fue que nos encontramos,
nos miramos a los ojos con ternura,
y nos reconocimos en el otro sin palabras.

Sin haber creído que el amor existiera a primera vista,
y que pudiera ser tan fuerte y tan profundo,
que nos hiciera olvidar de todo lo demás.

Acércate a mi lado

¿Estás cansada de este momento gris?
Acércate a mi lado, ven conmigo,
respiremos el aire de la vida,
y olvidemos las penas y el dolor.

Deja salir tus lágrimas, no temas,
ese peso que cargas en tu pecho,
compártelo conmigo, yo te escucho,
quiero sostenerte entre mis brazos.

Escuchemos esa canción que amamos
que nos remonta a tiempos locos y felices,
cuando éramos jóvenes y soñadores,
y no sabíamos lo que era el miedo.

¿Lo escuchas? Eres la niña que corría,
feliz por el parque con su helado,
con los rayos de sol en tu cabello,
dibujabas, jugabas, sonreías.

No hay nada por qué temer, mi amor,
estás tú aquí, y yo estoy a tu lado,
somos dos almas que se han encontrado,
y que juntas harán su propio sol.

14 enero 2024

Te acuerdas de mí

Te acuerdas de mí,
de ese que te llamó el otro día,
para invitarte a salir el sábado,
y que se quedó esperando tu respuesta,
como un reloj ilusionado.

Tal vez te parezca raro,
que te mande este poema,
pero es que quiero contarte,
lo que me pasa, lo que me alegra.

Lo que sucede, es que,
en cada instante, en cada sueño,
te veo en las flores, en las estrellas,
te escucho en las risas, en los besos.

Quisiera que me dieras una palabra,
una cita, una sonrisa,
dejarme acompañarte con mi pensamiento,
con mi tiempo, con mi caricia.

Me gusta tu silencio

Me gusta tu silencio,
porque pienso,
que en él se esconden tus palabras,
que no quieres decirme.

Me gusta tu silencio,
porque siento,
que en él se dibujan tus sueños
que no quieres compartirme.

Tu silencio, solo hace que mi mente se acelere,
quiero que me grites,
quiero escuchar tu voz,
solo una verdad,
quiero saber de ti.

Si no quieres hablar,
yo te diré la realidad,
solo te diré que te quiero,
aunque sea en silencio.

¿Me preguntas qué pienso?

Te vi sonreír,
y me llené de luz,
te di todo mi amor,
y tu abriste el cielo.

Me diste una lágrima,
y la guardé en mi mar,
te regalé mi corazón,
y lo hiciste volar.

¿Me preguntas qué pienso?
y te respondo con verdad,
las noches contigo,
son sueños de eternidad.

Te quiero como el cielo,
y por tu mirada clara,
te quiero por el beso,
que me robas cada mañana.

Te quiero por el sueño,
que compartimos en la almohada,
te quiero por el tiempo,
que me regalas con tu palabra.

No hay final

No hay final que no se pueda cambiar,
ni tormenta que no se pueda calmar,
recuerda, sacrificios,
son el precio de la libertad.

Mira hacia adelante,
y no te dejes vencer,
el abandono solo son momentos,
que te hacen más fuerte.

Siempre habrá alguien adelante,
con sonrisa esperándote,
sacrificios solo es lo que hay,
para llegar a ese lugar.

Donde el amor es infinito,
y la vida es un regalo,
donde el tiempo no existe,
y el espacio es un abrazo.

11 enero 2024

Entre ellos dos

En un pequeño pueblo, donde las calles contaban historias al caer la noche, vivía un hombre cuya mirada se perdía entre las sombras y las luces. Cada paso que daba resonaba con la promesa de un encuentro, cada gesto suyo era un poema sin palabras.

Una noche, bajo el cielo estrellado, se encontró con la musa de su constante pensamiento. Ella, con una timidez que adornaba su silueta, caminaba hacia él, desplegando sin saberlo, las cualidades que la hacían única.

La noche era diferente, cargada de un aire de sinceridad y confesiones. El hombre sabía que había llegado el momento de revelar la verdad oculta en su corazón. "Esta noche," se dijo, "le confesaré que antes de dormir, pienso en ella, que en mis sueños me arriesgo a todo y nunca pierdo."

Y así, con la luna como testigo, le habló de sus noches de insomnio, de sus pensamientos audaces donde ella era la protagonista indiscutible. Le contó cómo, en la quietud de su habitación, la victoria era siempre suya, pues en su mente, el amor que sentía por ella nunca se desvanecía.

Ella escuchó, con una sonrisa que iluminaba más que las propias estrellas, y supo que en aquel hombre había encontrado no solo un admirador, sino un guardián de sus noches, un soñador que la colocaba en el centro de su universo, incluso cuando el amanecer los separaba.

Y desde esa noche, ya no hubo más secretos entre ellos, solo la certeza de un amor que, como las estrellas, permanecería inalterable, guiando sus pasos en la oscuridad, recordándoles que, incluso en la distancia, su conexión era tan profunda como el cielo nocturno.