En la melodía de una canción olvidada,
se esconde el eco de nuestras risas compartidas,
horas al teléfono, un universo en cada palabra,
chistes tontos, y un cariño que no se olvida.
Una conexión especial, única e irrepetible,
un lazo invisible que el tiempo no puede borrar,
y aunque duele aceptar que no era su anhelar,
guardo el recuerdo de lo que fue amistad.
Así, en cada nota que la brisa traiga a mí,
reviviré el dulce sonido de aquel sentir,
y aunque ahora sigamos rumbos distintos,
aquí siempre habrá un verso para ella, en mi porvenir.
Un vínculo mágico, eterno e inolvidable,
un hilo sutil que ni la eternidad puede deshacer,
y aunque pese reconocer que fue un sueño efímero,
atesoro la memoria de lo que fue y pudo ser.
No hay comentarios:
Publicar un comentario