23 marzo 2024

Apareciste tú

En el momento menos pensado, cuando el amor era solo una sombra, apareciste tú, iluminando mi camino. No sé si fue casualidad o destino, pero tu presencia sanó mi herida y me enseñó a creer de nuevo.

En ti

Pienso en ti, mi inspiración,
mi razón de soñar sin dormir,
¿Conoces el porqué de este sentir?
¿Entiendes este querer?

Junto a ti, en el umbral del sueño,
donde el río y el viento se encuentran,
bajo el sol, en este rincón pequeño,
mi corazón por ti se centra.

Sobre ti, una corona de luz y aroma,
estrellas y flores en armonía danzan,
bajo tus pies, la senda que se asoma,
pétalos y polvo de estrellas que avanzan.

Tu sonrisa, mi calma,
tus ojos, mi mar,
en ellos, mi alma,
junto a ti, nada más quiero buscar.

Una chica linda

Era una chica linda, de esas que te hacen soñar despierto. Ella jugaba sobre el papel, cada línea de letras una melodía, cada dibujo un compás en la sinfonía de su mente. No buscaba respuestas, sino el ritmo que movía su curiosidad, la melodía que la impulsaba a aprender más y más.

Le encantaba perderse en la música, notas que fluían como un río, llevándola a mundos diferentes y extraños. Una mañana, mientras esperaba el transporte para ir a la escuela, un colibrí revoloteó a su alrededor. Era un mensajero inesperado, portando un papelito entre sus diminutas patitas.

El papel tenía palabras, escritas con una caligrafía que parecía estar viva y decían lo siguiente:

"Sigue adelante"

"Eres capaz"

"Nunca dejes de soñar"

Palabras simples, pero cargadas de un poder inmenso. Palabras que alguien, en algún lugar, había enviado al viento.

Con una sonrisa, guardó el papelito en su bolsillo y subió al transporte. El colibrí se alejó en un zumbido de alas, dejando tras de sí un rastro de magia y posibilidad. Ella partió feliz a la escuela, con la certeza de que alguien, en algún lugar, le deseaba lo mejor.

Eternamente y para siempre.

22 marzo 2024

El valle de los suspiros

En el valle de los suspiros,
una dulce voz me habla al oído,
un misterio estaba por descubrir.

Y allí estabas, como un sueño,
me enamoré de tu reflejo,
pero te solté, como el viento.

Juré no volver a caer,
hasta que el destino te trajo a mí,
y ahora, solo anhelo
enamorarme de ti, una y otra vez,
prometo no soltarte más,
mi amor eterno será.

Aquí estás, en el mismo valle,
pero esta vez, fuiste tú quien me halló,
y te enamoraste de mi alma errante,
pero me dejaste volar,
y sellaste una promesa:
no amar a otro, solo a mí.

Nos reencontramos, una vez más,
en este ciclo sin final,
pero esta vez, no hay despedidas,
ni tú te irás, ni yo me alejaré,
solo tú y yo, en la eternidad,
amándonos sin final, solo nosotros.

Entre juegos y sonrisas

Entre juegos y sonrisas, la noche se posa,
girando al compás de una brisa traviesa,
y en el vuelo de tu alegría descalza,
la mesa se convierte en nuestra plaza.

En un suspiro de pasos te abracé,
y en un vuelo te llevé al refugio del sillón,
donde los secretos de tu piel me fueron revelados,
contando cada lunar, cada historia, cada sueño.

Mis manos, navegantes audaces,
se deslizaban por la seda de tu vestido,
descubriendo la calidez de tu piel,
en un mar de murmullos y caricias.

"Me gustas tanto", confesión entre suspiros,
y en un robo dulce, me llevo un beso,
un tesoro prometido, un dulce deber,
que, desde hace tiempo, en silencio, esperaba.

Me gustas

Me gustas cuando ríes,
en tu mirada clara,
en tu misterio,
en la tranquilidad y en la tempestad,
me gustas mucho, y eso es suficiente,
para que te busque en mi realidad.

Regresas

Regresas, tras el largo andar, a tu morada,
los libros, ansiosos, por tus ojos claman,
los muros, impregnados de tu existencia,
se visten de gala y de alegría.

El espejo, paciente, en tu cuarto reposa,
emocionada de capturar tu gracia y hermosura,
mientras el aire, único, de hogar te envuelve,
diferente, familiar, lleno de tu esencia pura.

21 marzo 2024

Mi mirada furtiva

Tal vez nunca lo notaste,
pero al encontrarte,
tu presencia tímida,
y mi mirada furtiva,
miraba el vaivén de tu andar,
observaba el contorno de tu ombligo,
espiaba la suave piel de tu cintura,
que bajo el velo de tu blusa,
se revela serena, con frescura,
delineando tu figura.

La curva de tus labios, refugio de mis sueños,
donde las palabras nacen y mueren,
en un ciclo eterno de deseo y temor,
y en tus ojos, el abismo donde me pierdo.

Tus pasos, ligeros, trazan caminos,
que mi corazón ansía recorrer,
en cada gesto, una promesa,
en cada suspiro, un universo por descubrir.

Tu rebelión

La última vez que te vi,
con esa aura de misterio en la mirada,
y el chaleco café, guardián de secretos,
mallas negras, mapas de tu andar rebelde,
el lienzo vivo de tu propia rebelión.

Tu estilo, un grito en el silencio,
despertaba la curiosidad dormida,
la chica mala, ¿serías tú?
sin temor, me acerqué,
encontrando en tu desafío,
la dulzura de lo desconocido.

Jugabas a ser la sombra,
la mala de la película,
por un instante, solo un juego,
pero en tu juego, me perdí,
seducción hecha misterio,
eres la chica mala, solo por hoy,
y cuando tú quieras.

20 marzo 2024

A pesar de todo

En este torbellino de días que pasan, me encuentro escribiendo estas líneas bajo la sombra de una duda que se cierne como una nube pasajera, pero persistente. Es curioso cómo el corazón, en su lúdica inocencia, se empeña en ver señales donde solo hay gestos cotidianos, cómo interpreta cada sonrisa y cada mirada como un mensaje cifrado destinado únicamente a mí.

He caminado por las calles de nuestra ciudad, imaginando que cada paso me acerca más a ti, que cada esquina doblada podría ser el preludio de un encuentro fortuito. Y, sin embargo, en este juego de espejismos y reflejos, me pregunto si no estaré construyendo castillos en el aire, si no estaré leyendo un guion que solo yo he escrito.

“Siento que también le gustaba”, me repito, como un mantra que busca convertir el deseo en realidad. Pero el amor, a veces nos hace ver la vida al revés, nos hace creer que estamos en el centro de un universo que gira a nuestro alrededor. Y yo, atrapado en esta ilusión, me pregunto si no estaré solo en este baile de máscaras.

A pesar de todo, algo dentro de mí se niega a soltar esta esperanza, este sentimiento que describo en mi carta, que quizás tú estés sintiendo lo mismo. Que detrás de tu amabilidad se esconde un afecto especial, que tus palabras son puentes tendidos hacia mí, que tus silencios son pausas cargadas de significado.

Así que aquí me tienes, escribiéndote, esperando que estas palabras encuentren eco en tu corazón, que esta carta sea el vehículo de mis sentimientos y que, al final del día, puedas sentir que también te gustaba.

Mujer indomable

Mujer indomable, de fuego y de viento,
salvaje y rebelde, de espíritu inquieto.
¿Cómo no amarte si desafías el tiempo,
si eres la inusual ladrona de sueños y alientos?

En cada paso desbordas libertad,
cada gesto tuyo es una revolución.
Indomable mujer, ¿cómo no quererte?
Si en cada palabra nace un desafío.

Eres la ladrona que, sin pedir permiso,
se adueña de mi corazón, sin ningún aviso.
Con cada latido, robas un suspiro,
y en cada despedida, dejas una ilusión.

Una carta y una idea

Hoy quiero compartir contigo una noticia que escuché, no porque sea relevante o urgente, sino porque me hizo pensar en ti. Se trataba de una chica, tan linda como tú, con unos ojos que podrían rivalizar con los tuyos en profundidad y brillo. Su sonrisa, tierna y cautivadora, parecía iluminar con la misma dulzura con la que describes la luna.

Ella hablaba de sueños y de esperanzas, de mirar al cielo y encontrar en él un lienzo de posibilidades infinitas. Y mientras la escuchaba, no pude evitar sonreír, porque en sus palabras encontré ecos de las tuyas, esa mezcla de poesía y realidad que tanto admiro en ti.

A veces, cuando la distancia se hace más palpable, me pregunto si me he confundido. Pienso que fue un sueño y la chica en realidad eras tú. A veces no distingo los sueños de la realidad cuando estoy a tu lado, y me llevo a mi mente tantos recuerdos cuando no te veo por mucho tiempo.

Quizás algún día, cuando el tiempo y el espacio finalmente se alineen a nuestro favor, podamos sentarnos juntos a hablar de cosas triviales y a buscar en el cielo nocturno nuestra propia luna mientras comemos fresas con crema.

19 marzo 2024

Casualidad

En la trama de los años,
un retrato me encontró,
cinco años en silencio,
mi mente te guardó.

Fue el destino en su capricho,
que en fotografía te vi,
más el tiempo, tranquilo y sabio,
te trajo en persona aquí.

Una verdad se desvela,
aunque el tiempo nos separó,
desde hace 5 años te conozco,
en mi mente tu sonrisa se alojó.

Casualidad fue el encuentro,
sin palabras que decir,
solo un lazo incipiente,
que empezó a florecer.

Tu cabello ha cambiado,
más tus ojos son iguales,
hermosos y brillantes,
en ellos puedo navegar.

Esa sonrisa cautiva,
de labios sin revelar,
nunca pensé que la vida,
te pondría en mi caminar.

Guardo la casualidad en secreto,
en el cofre del azar,
prometo abrirlo un día,
sí en mis brazos puedes estar.

Quizás dudes de esta historia,
de una casualidad tan singular,
pero es la más bella,
en el cosmos sin igual.

No sabía, no entendía,
hasta que, de ti, oí hablar,
cada pieza en su lugar,
cada recuerdo a atar.

Y así, en un instante,
todo comenzó a encajar,
la memoria me llevó,
a aquel primer mirar.

A mi mente

Con su llegada a mi mente aquí está mi secreto,
al escribirte, en cada letra te pienso,
te miro, te siento, tu esencia percibo,
tu calor me envuelve, en el viento suspiro.

Ella ignora las horas que invierto,
en trazar las palabras que a ti te dedico,
cartas que nacen del alma y el tiempo,
viajeras de un sentimiento sincero.

Primero, una idea nace en mi mente,
y ahí estás tú, en mi pensamiento presente,
luego, el borrador toma forma y vida,
estás conmigo, en cada línea compartida.

Busco palabras que a ti te merezcan,
te las digo, esperando que te reflejen,
si no resuenan, si no te alcanzan,
las cambio, por otras que en ti despierten.

Borro y reescribo, en un ciclo eterno,
locuras en tinta, en el papel tierno,
hasta que al fin, la obra se completa,
leo y releo, buscando mi huella.

Añado mi alma, en cada palabra,
para que al leerlas, sientas mi llama,
y aunque ella no sepa, este secreto guardo,
en cada carta, mi amor te he entregado.

Para ti de mi parte

Contémplala, en su esencia más pura,
en cada gesto una verdad se revela,
observa, no solo con la vista,
sino con toda tu serenidad,
cada movimiento, un viaje cósmico hacia su esencia,
interpreta los silencios, las miradas, el brillo,
cada frase, un mapa estelar hacia su corazón,
busca entre los suspiros, las pausas, la luz,
sorpréndela, no solo con palabras, sino con actos,
cada tono, una pincelada en el lienzo del silencio,
memoriza, no solo sonidos, sino sentimientos.

Luego, con ese conocimiento, crea maravillas,
para conquistarla, día tras día,
para enamorarla, momento a momento,
en cada detalle, son señales,
huellas en la arena del tiempo,
que guían hacia el tesoro de su amor inmenso.

Tus primaveras

Me pareció un gesto tierno,
querer saber desde cuándo,
respiras en este vasto mundo,
desde cuándo caminas por esta tierra.

Quería medir el tiempo perdido,
ese que transcurrió sin conocer,
la dulzura de tu sonrisa,
la luz que emana de tu ser.

Ahora siento el dolor punzante,
una herida de amor que no cesa,
por no haberte hallado antes,
por todo el tiempo que la vida nos resta.

Eres la flecha clavada en mi pecho,
la que, por más que intento, no logro arrancar.
Duele, duele inmenso, el solo pensar,
en un mundo donde tú no estás.

Si por un instante lograse olvidarte,
sé que con ello mi alma moriría.
Porque eres tú, mi eterna herida de amor,
la que me mantiene vivo en la agonía.

18 marzo 2024

En la memoria

En la memoria de tus días,
navega un submarino amarillo,
cartas de tinta y esperanza,
selladas con fechas de antaño.

Los viernes traen su hechizo,
días de mermelada y festejo,
y entre líneas de cuentos,
tu nombre se nombra en secreto.

Caminatas a tu pueblo querido,
discretas, llenas de verdad,
saboreando helados de mil colores,
en las calles empedradas de identidad.

Polvo al viento, miradas que hablan,
en la búsqueda de aquel rincón,
para encontrar un abrazo,
y robar un beso, sin ayer ni razón.

Sospechar

He empezado a sospechar,
en la inquietud de mi soledad,
que quizás no sea verdad,
ese amor que se hace esperar.

Mi corazón, incrédulo y tembloroso,
se resiste a aceptar lo doloroso,
mi mente, en un intento vano por la paz,
me susurra calma, pero no convence más.

Ruego al cielo, una señal divina,
que ilumine esta penumbra que me domina,
quiero que este tormento se desvanezca,
que la duda cruel, por fin, se quiebre y caiga.

Mi esperanza, frágil, se deshilacha,
y en su lugar, la soledad se enlaza,
quiero saber, anhelo comprender,
si en tus palabras hay algo que pueda retener.

Si me amas, de verdad, sin engaños,
o si debo soltar, dejar ir los años,
no quiero mentir a mis propias manos,
aceptando que ya no estarás a mi lado.

Que cada suspiro, en el aire se disuelva,
y con él, el recuerdo que a mi mente envuelve,
quiero saber, antes de que el olvido,
se lleve la esencia de lo que hemos vivido.

No es temor

Descendías con mirada inquieta,
por la escalera con un silencio discreto,
a lo lejos mi figura se desvela,
como un recuerdo olvidado.

Tu silueta se detiene y espera,
esperando a que me aleje,
pero me acerco, entre sombras, a saludar,
algo pasa por tu mente.

Anhelo que seas atrevida y
valiente en cada momento,
no hay razón para el miedo,
puedes volar, tienes alas ahora.

El tiempo ha pasado, sin querer,
en mi caminar te vuelvo a ver,
rodeada de risas y de voces,
te escondes, pero mi ser conoces.

No te haría daño, no es mi deseo,
me alejo bajo el cielo de un sueño,
la luna de octubre es mi confidente,
a ella le confío mi mente ausente.

No es temor lo que escondes en tu pecho,
es un corazón que busca serenidad,
herido, anhela curarse, volver a confiar,
aún no está listo, se guarda con ansiedad.

He sentido ese dolor, esa espera, el silencio,
pero vendrá el día, la sonrisa, el destello,
y diré: ¡Hola, señorita de ojos encantados!
¿Cómo estás, dulce mirada de otoño?
¿Será hoy el día?

17 marzo 2024

El glitch del universo

En un rincón de la ciudad, donde los edificios parecen tocar el cielo y las calles se entrelazan como circuitos de una placa base, vivía una chica con una peculiaridad que la hacía única. Ella estudiaba programación, una carrera que le apasionaba, lo hacía con la convicción de que era su boleto para luchar en el mundo y enfrentar sus miedos.

La muchacha pasaba las noches en vela, codificando y decodificando el lenguaje de las máquinas, buscando en los algoritmos una respuesta a su inquietud. Una noche, mientras el café ya no surtía efecto y sus ojos luchaban por mantenerse abiertos, descubrió algo extraordinario. Una falla en la realidad misma, un glitch en el tejido del universo que se manifestaba a través de su pantalla.

Con manos temblorosas, exploró esta anomalía, esta puerta a lo desconocido que le prometía el poder de reescribir no solo su historia, sino la de cualquier otro. Las posibilidades eran infinitas, y su corazón latía al ritmo de las líneas de código que fluían de sus dedos.

Pero entonces, una sensación de advertencia la envolvió. Una señal divina, una mano invisible, le susurraba al oído que detuviera su empeño. "No lo hagas", le decía una voz que no necesitaba palabras para comunicar su urgencia. La chica confundida y asustada, dejó caer sus lágrimas sobre el teclado, formando pequeños ríos entre las teclas.

No entendía por qué, no comprendía las razones que la voz le ocultaba, pero algo en su interior le decía que había verdades que no estaba lista para enfrentar. La voz, con dulzura y paciencia, no le revelaba los misterios del cosmos, pero su presencia era un consuelo que poco a poco calmaba su espíritu.

Con el amanecer, la muchacha tomó una decisión. Guardaría el secreto de la falla en la realidad, continuaría su vida con la certeza de que algunas cosas están destinadas a permanecer ocultas. Y aunque la curiosidad siempre sería una llama viva en su interior, eligió vivir con la belleza de lo desconocido, aprendiendo a apreciar cada momento de su existencia, cada línea de código, como un pequeño milagro en el vasto universo de posibilidades.

16 marzo 2024

La belleza de su cariño

En la casa de su pueblo, el viento le pide que regrese,
ella regresa, y se convierte en la niña que corre y ríe,
en el doble cumpleaños de sus padres, la vida celebra,
y en los muros, las risas pasadas aún resplandecen.

Ella extraña más que a nada a quienes le dieron la vida,
sus padres, faros de amor en su mar de dudas,
la fuerza que la sostiene, la verdad nunca huida,
en sus brazos, el mundo entero se acuna y se muda.

Para ellos, los deseos de un corazón que no olvida,
por ser el calor de su hogar, su inquebrantable pilar,
en su amor, ella despliega sus alas, se siente erguida,
y en la belleza de su cariño, siempre podrá confiar.

Ellos, su refugio, su constante, su siempre,
la guían, la nutren, le enseñan a ser valiente,
así, ella vuelve, con el corazón contento,
y en el amor de su familia, encuentra su sustento.

15 marzo 2024

Con cada letra

Con cada letra,
una historia se anida,
A de amor,
M de maravilla,
O de optimismo,
R de resiliencia,
y
T de tranquilidad,
E de esperanza,
R de respeto,
N de nobleza,
U de unidad,
R de romance,
A de alegría.

Tu esencia

Los días pasaban,
un murmullo en el viento,
ideas danzaban,
en un eterno movimiento.

No se iban, persistían,
en la mente un firmamento,
las noches eran largas,
un lienzo de pensamiento.

Querías ser escuchada,
en el eco de la soledad,
buscabas refugio,
en esperanzas, un lugar.

Lágrimas en tu rostro,
como ríos desbordados,
caían en recuerdos,
en ilusiones desgajados.

Levanta ese mentón,
desafía la gravedad,
mira el cielo otra vez,
busca en él la claridad.

¿Acaso no crees que es mejor la verdad?
Que vivir en la sombra de una falsa realidad.

Ahora eres tú,
renacida y sin igual,
comprendiste que la vida,
siempre ofrece un nuevo umbral.

Con una sonrisa en el cielo,
dibujada con pasión,
con la fuerza del universo,
en tu corazón.

Brilla, resplandece,
como estrella en ascensión,
tu luz propia, tu esencia,
es tu más grande oración.

14 marzo 2024

En cada fragmento

En las noches amargas,
tus secretos confiabas,
con los ojos cerrados,
tu dolor desgranabas.

Quise llorar contigo,
en tu oscuro sendero,
mas fui pilar y refugio,
en tu desvelo sincero.

Siempre fuerte en la lucha,
aunque el alma doliera,
mis brazos, aunque frágiles,
a tu caída negaban.

Las noches se extendían,
y el mundo no comprendía,
solo oías voces frías,
que injustamente juzgaban.

Tu historia, un cuento hermoso,
de sueños y de esperanza,
creciste, creíste,
con fe y con confianza.

Mas la traición vino oculta,
en promesas vacías,
y aunque el dolor fue profundo,
Dios siempre te guiaría.

Y yo aquí estoy, a tu lado,
recogiendo tus pedazos,
reconstruyendo el alma,
con abrazos y lazos.

Porque en cada fragmento,
disperso en el suelo,
hay un murmullo de vida,
un renacer, un anhelo.

Seca tus lágrimas

Seca tus lágrimas, mujer valiente,
que no hay razón para el llanto amargo.
No dejes que tus perlas cristalinas
se pierdan en el vacío de un desamor.

No permitas, dama de ojos estrellados,
que la sombra opaque tu mirada clara.
Que no se extinga la luz de tu alma,
ni se apague la llama que en ti arde.

No llores por sueños que se esfuman,
por recuerdos que el viento se llevó.
Con cada herida, con cada marca,
surge más fuerte el espíritu que en ti habita.

Levántate, como el fénix renace,
con cada cicatriz, una historia que contar.
Eres faro en la noche, guía en la penumbra,
mujer, tu resplandor nada podrá apagar.

Porque no hay olvido en el corazón que ama,
ni hay noche eterna en el cielo de tu mirar.
Eres poesía viva, melodía que encanta,
mujer, en tu vuelo, nada te podrá atar.

Flores con tu esencia

En el jardín donde el final se escribió,
donde "no" fue la sentencia y el eco,
volví a buscar entre las sombras,
los pedazos de un sueño desecho.

Allí, donde las ilusiones se hundieron,
brotaron flores con tu esencia,
pequeñas ilusiones con tu nombre,
perfumadas con tu presencia.

Me enamoré de nuevo de la misma mujer,
de aquella que la esperanza negó,
y aunque mi alma en fragmentos cayó,
cada palabra tuya la intenta recomponer.

En cada flor, en cada aroma,
tu recuerdo se hace eterno,
y aunque el amor parezca un invierno,
mi corazón aún te nombra.

Palabras atrevidas

En la intimidad de nuestra mirada,
se teje una danza que invita y seduce,
tu esencia, un llamado suave y constante,
pide a mi mano que se eleve,
y en el espacio entre nosotros, te acerque.

Tu cuerpo junto al mío,
un deseo buscado,
anhelas respirar cerca,
muy cerca de mi oído,
conoces el poder que guardas,
para encender la pasión,
un fuego desbocado,
bajo la lluvia de besos,
en caricias sin fronteras.

Palabras atrevidas y desafiantes,
miradas que se cruzan, inocentes, audaces,
en este juego de seducción, somos cómplices,
donde el amor es el único y verdadero dueño.

13 marzo 2024

Te confieso de nuevo

En el sueño de la noche que nos cobija,
te confesé, sin temor a la despedida,
que en mis sueños te he tenido,
de formas que ni el destino ha podido imaginar.

Sin miedo alguno te revelé,
que mi amor ha sido tierno,
con flores que en versos se transforman,
y poemas que en jardines florecen.

También te dije, con voz entrecortada,
que te he soñado a mi lado,
despertar juntos, en un abrazo enlazado,
con el corazón en un galope alborotado.

Y en la batalla de las sábanas desordenadas,
empapados en la pasión que nos llama,
te amé, en cada verso, en cada palabra,
te amé sin escala.

En la batalla de almohadas y caricias,
donde cada beso es una promesa cumplida,
te soñé guerrera de mi alma encendida,
en un amanecer de suspiros y delicias.

Con el corazón acelerado, sin medida,
en la danza de dos almas ya conocidas,
te amé en la penumbra, en la luz encendida,
en cada espacio de tiempo, en cada despedida.

Y así, entre sueños y realidades extendidas,
te confieso de nuevo, sin temor ni duda,
que te he soñado y amado, vida mía,
en mil formas, en mil ideas, en esta historia.

Has vuelto a brillar otra vez

Desde lejos te observé,
en esa distancia que invita a soñar,
que despierta el anhelo de acercarme,
de cruzar el mundo entero,
solo para encontrarte.

Tu luz hoy eclipsa al sol,
tus ojos, dos astros en su esplendor.

Elegancia en tu andar,
tu sonrisa, un faro en la adversidad,
en esos días que pesan más.

Hoy resplandeces con luz propia,
hoy, amor, eres la poesía más hermosa.

En la inmensidad de este mundo,
tu presencia es un murmullo que calma,
una promesa de días llenos de alma.

Con cada paso que das,
la tierra bajo tus pies florece,
y el cielo, en tu honor, se estremece.

Tu elegancia, un baile de estrellas fugaces,
tu alegría, un canto que las penas deshaces.

En los días difíciles, tu fuerza es mi guía,
eres la luz que rompe la sombría.

Hoy, amor, eres la inspiración,
la musa de mi corazón en esta historia de amor.

Musa esquiva

En la penumbra de mi cuarto,
las palabras danzan, inquietas,
sobre el papel que resguarda secretos,
amor en tinta, que el corazón confiesa.

Estoy enamorado de una musa esquiva,
que conoce mi ser, mis pasos, mi sombra,
y en el silencio de su mirada altiva,
mi alma en cartas, su atención nombra.

Le escribo versos, bordados de mi alma,
respuestas llegan, curiosidad despierta,
mas antes de que el amor reclame calma,
borro confesiones, la verdad incierta.

Respiro hondo, el pulso se serena,
hablo de cine, de historias, de la vida,
de libros y de ideas que en cadena,
ocultan mi verdad, en voz contenida.

Pero grita el corazón, feroz, valiente,
"¡Declárale tu amor, no te detengas!",
la mente dicta, prudente, "Sé paciente,
el amor es fuego que a veces se armoniza."

Así en la danza de razón y sentimiento,
tejo palabras, oculto mi fervor,
esperando que un día, en un momento,
ella lea entre líneas, descubra mi amor.

12 marzo 2024

Sentir así

Eres mi cómplice de amor,
en una noche llena de pasión,
al sonido de los grillos,
y de suspiros que se escapan de tu voz.

Rosas blancas adornan tu cuerpo,
mientras bailas una dulce canción,
derrochas perfume e inspiración,
y me envuelves en tu embrujo de ilusión.

Te quiero, te quiero,
con toda la fuerza de mi corazón,
quiero buscar significado,
al surrealismo que hay en ti,
y descubrir los secretos de tu alma,
que me hacen sentir así.

Y en tu mirada

De tu elegancia me cautivé,
cuando te vi por vez primera,
y en tu mirada sutil leí,
el deseo de una mujer.

De tu belleza me enamoré,
cuando te acercaste a mí,
y en tu sonrisa sensual sentí,
el fuego de la pasión.

Tu piel es como el terciopelo,
que acaricio con mis manos,
y tu aroma es como el cielo,
que respiro con mis labios.

Tu cuerpo es como el universo,
que explora mi mirada,
y tu alma es como el verso,
que inspira mi alabanza.

Reescribir la historia

Él había descubierto la fórmula para reiniciar el universo. Siete objetos extraños y un poema sin sentido, que al combinarlos, haría que todo volviera a empezar desde el Big Bang. Él tenía una razón para hacerlo: su amor, que había partido en un accidente hace un año. Él no podía soportar la vida sin ella, y quería buscar una segunda oportunidad.

Pero había un riesgo: al reiniciar el universo, él perdería todos sus recuerdos, y no sabría si volvería a encontrarla. Era una apuesta ciega, una esperanza sin garantías. Pero él estaba dispuesto a arriesgarlo todo por ella.

Así que, una noche, entró en su habitación, donde guardaba los objetos y el poema. Eran objetos antiguos y misteriosos, que habían pertenecido a diferentes civilizaciones y culturas. Un anillo de oro, una pluma de fénix, una esfera de cristal, una rosa azul, una moneda de plata, una llave de bronce y un reloj de arena. El poema era una serie de versos sin rima ni sentido.

Se acercó a los objetos y los colocó siguiendo un orden específico. Luego, tomó el poema y lo leyó en voz baja. Antes de terminar, cerró los ojos, y recordó a su amor. Recordó su rostro, su voz, su risa. Recordó el día que se conocieron, en una cafetería. Recordó el día que se besaron, bajo la lluvia. Recordó el día que se casaron, en una playa. Recordó los momentos felices, y también los tristes. Recordó todo lo que habían vivido juntos, y lo mucho que la amaba.

Y entonces, terminó de recitar el poema.

El universo y él se desvanecieron.



Ella era una estudiante de arte que había ido a visitar el museo de ciencias. Le gustaba aprender cosas nuevas, y admirar las maravillas de la naturaleza. Ella tenía una curiosidad insaciable, y una sonrisa contagiosa. Ella soñaba con ser una gran pintora, y expresar su visión del mundo a través de sus obras.

Él era un guía del museo, que le explicaba a los visitantes las diferentes exposiciones. Le gustaba compartir su pasión por la ciencia, y hacer preguntas interesantes. Él tenía un carisma alegre, y una mirada profunda. Él aspiraba a ser un gran científico, y descubrir los secretos del universo a través de sus investigaciones.

Se encontraron frente a una maqueta del universo, que mostraba las estrellas, los planetas, y las galaxias. Él le preguntó si sabía cómo se había formado todo aquello. Ella le dijo que no, y le pidió que se lo explicara. Él le habló del Big Bang, la gran explosión que dio origen a todo lo que existe. Le contó que el universo se estaba expandiendo constantemente, y que había miles de millones de galaxias como la nuestra. Le dijo que nadie sabía con certeza qué había antes del Big Bang, ni qué pasaría después. Ella le escuchó con atención, y le hizo más preguntas. Él le respondió con entusiasmo, y le hizo más comentarios. Se miraron a los ojos, y sintieron una conexión.

Se presentaron, y se dieron sus nombres. Se rieron, y se sonrojaron. Se gustaron, y se enamoraron.

Fue el momento y el lugar perfecto.

11 marzo 2024

La chica de las estrellas

Vi-23 era una estrella muy especial. Había nacido hace millones de años, en una explosión de luz y calor, y desde entonces brillaba en el cielo con orgullo y alegría. Le encantaba ver los planetas que giraban a su alrededor, y las otras estrellas que le hacían compañía. Vi-23 se sentía feliz y plena, y no le temía a nada.

Pero un día, algo cambió. Vi-23 empezó a sentirse débil y cansada. Su brillo se fue apagando poco a poco, y su calor se fue enfriando. Vi-23 se dio cuenta de que estaba llegando al final, y que pronto se convertiría en una estrella fugaz, o en una enana blanca, o en un agujero negro. Vi-23 no quería apagarse. Quería seguir viviendo y brillando, y ver el universo que tanto amaba.

Entonces, Vi-23 tuvo una idea. Recordó que había oído hablar de un planeta muy especial, llamado Tierra, donde vivían unos seres muy curiosos, llamados humanos. Los humanos eran capaces de crear arte, música, literatura, y otras maravillas, con solo su imaginación y su voluntad. Los humanos eran capaces de amar, de soñar, de reír, y de llorar.

Vi-23 decidió que quería ser como ellos. Quería experimentar lo que era ser humano, y dejar una huella en el mundo. Quería vivir, aunque fuera por un breve instante. Así que, con su último aliento, Vi-23 se lanzó hacia la Tierra, atravesando la atmósfera como una estrella fugaz, y cayendo en un lugar desconocido. Allí, Vi-23 se encontró con una sorpresa. En vez de desaparecer, se transformó en una persona. Una persona con forma de mujer, con cabello castaño y ojos encantados, con piel suave y labios rojos. Una persona con un nombre: Vidya.

Vidya se sintió confundida y asustada. Pero también se sintió fascinada y emocionada. Podía ver los colores, los sonidos, los olores, y los sabores. Podía sentir el frío, el calor, el dolor, y el placer. Podía pensar, recordar, imaginar, y crear. Empezó a explorar el mundo.

Aprendió a vivir, como una humana más. Pero la muchacha de las estrellas recordó que tenía un sueño, y que quería cumplirlo. Recordó que tenía un don, y que quería compartirlo. Su don era el de la luz, y hacer que todo lo que tocaba resplandeciera. Vidya iluminó corazones, mentes, almas, y sueños.

Pero no todo fue fácil para la chica de los ojos encantados. También tuvo que enfrentar obstáculos y enemigos. Hubo quienes la envidiaron, la odiaron, la engañaron, y la lastimaron. Hubo quienes quisieron apagar su luz, y robar su don. Hubo quienes la persiguieron y la atacaron. Vidya tuvo que luchar, y defenderse. Tuvo que ser valiente, y resistir. Tuvo que ser sabia, y elegir. Tuvo que ser fuerte, y no rendirse. Pero ella no estuvo sola. Hubo quienes la acompañaron, la apoyaron, y la amaron.

Pero un día, después de muchos años, algo cambió. La chica que bajo del cielo empezó a sentirse débil y cansada. Su brillo se fue apagando poco a poco, y su calor se fue enfriando. Vidya se dio cuenta de que estaba llegando al final, y que pronto se convertiría en polvo, o en ceniza, o en nada. Ella no tuvo miedo. Había vivido lo suficiente, y había cumplido su sueño. Había dejado una huella en el mundo.

Cerraba los ojos y soñaba con ser una estrella. Quería ir al cielo, y ver el universo que tanto amaba. Quería ver las estrellas, y contarles su historia. Quería brillar, aunque fuera por un breve instante. Así que, con su último aliento, Vidya se lanzó hacia el cielo, atravesando la atmósfera como una estrella fugaz, y ascendiendo a un lugar desconocido.

Allí, Vidya se encontró con una sorpresa. En vez de apagarse, se transformó en una estrella. Había vuelto a su hogar, y había visto el mundo. Había sido una estrella, y una humana. Vidya brilló en el cielo. Iluminó a los planetas, a otras estrellas, y a los humanos, siempre fue feliz.

Fue feliz como humana, y como estrella.

10 marzo 2024

Eres una contradicción maravillosa

Eres el enigma que desvela la noche,
contradicción maravillosa que se desliza
entre los pliegues del alma y la piel,
una mezcla de inocencia y astucia,
de dulzura y pasión,
de ternura y rebeldía,
eres todo y nada, en el constante fluir
de un universo que se expande.

Pero yo sé que mientes

Dices que todo fue, que se ha ido,
como hojas que arrastra el viento,
que la luz de tus ojos se ha perdido,
en un abismo de olvido y silencio.

Pero yo sé que mientes, que te engañas,
que en tu pecho aún late una esperanza,
te aferras a la mentira, como quien se aferra
a un clavo ardiendo en la inmensidad de la danza.

Despierta, no te sumas en la penumbra,
el universo aún en su nacer resplandece,
y lo que fue pasado, en el presente se cimbra,
como estrella que en la noche aparece.

El brillo persiste, se extiende, no se apaga,
aunque su intensidad ya no sea la misma,
en tus ojos, un universo se despliega,
y en ellos, cada estrella se eterniza.

08 marzo 2024

Quiero que seas feliz

Quiero que seas feliz,
que vivas cada día como una aventura,
explora cada rincón de tu imaginación,
inventa historias en tu corazón,
juega con las palabras y con las emociones,
sorpréndete y emociónate, ríe mucho.

Quiero que seas tú,
que te aceptes y te quieras,
exprésate y se firme,
defiéndete y atrévete,
cuestiónate y respóndete,
transfórmate y supérate.

Quiero que seas un dibujo fuera del margen,
un poema sin rimas,
una novela sin orden,
una música sin notas,
una magia sin trucos,
una realidad sin límites.