No llores, palomita mía,
que tu patita sanará,
y volverás a volar,
por el cielo azul y la brisa.
No te quedes en tu nido,
que el mundo es grande y bello,
y hay muchos otros pájaros,
que te esperan con cariño.
No pierdas la esperanza,
que tu dolor es pasajero,
y pronto sentirás el viento,
en tus alas y tu alma.
Cuando llegue febrero,
te traeré una flor de loto,
y te diré al oído,
que eres mi único tesoro.
Y entonces, palomita mía,
sonreirás con dulzura,
y me darás un besito
en mi piquito de ternura.
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