17 noviembre 2015

La princesa y el ropero

Conocí a una princesa,
Me hablo de su ropero,
Era de madera, alto y viejo,
Me dijo un pequeño secreto.

Me contó que en las mañanas,
Cada vez que lo usaba,
Con vestidos nuevos se encontraba,
Al principio se asustaba.

Con el tiempo se dio cuenta,
Que su ropero la amaba,
Pero el mueble no podía hacer nada,
Más que regalarle vestidos cada mañana.

Conocí a una princesa,
de su ropero me habló,
era alto, de madera y viejo,
y un secreto me confió.

Me contó que cada mañana,
al abrirlo, se sorprendía,
pues vestidos nuevos hallaba,
y al principio temía.

Con el tiempo comprendía,
que su ropero la quería,
y aunque quieto se mantenía,
vestidos le regalaba cada día.

Un día, bandidos irrumpieron,
y en su habitación buscaron,
joyas, oro, algo de valor,
mas un ropero vacío encontraron.

Oyeron pasos aproximarse,
era la princesa, a su cuarto volvía,
los bandidos, sin pensarse,
en el ropero se escondían.

Planeaban raptar a la dama,
y por su rescate, dinero exigir,
mas ella, serena, sin alarma,
se acercó al ropero a abrir.

Un vestido nuevo apareció,
y ella, sonriendo, agradeció:
"Ropero, siempre eres bueno conmigo,
ahora te regalaré algo digno."

Los carpinteros más hábiles del reino,
transformaron aquel ropero magnífico,
y en su madera, con cariño y diseño,
grabaron historias de un amor auténtico.

Ahora el ropero, con historias grabadas,
no solo vestidos, sino memorias resguardadas,
y en cada detalle, se siente las jornadas,
de una princesa y su ropero, eternamente enlazadas."

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