13 febrero 2018

Un beso lo que recibo de usted

Qué bella tarde, en compañía de su esencia,
permítame invitarle un café, bajo la lluvia intensa.
Deje que admire por un instante esos zafiros celestes,
que resplandecen en su rostro, y en silencio, me teste.

Contemplando cómo toma su café, en este sueño despierto,
es un deseo que guardo, en mi corazón abierto.

Mire qué excéntrico soy, al revelar lo que siento,
perdone si me equivoco, pero es usted mi aliento.
Me pone nervioso, pierdo el control, no es un invento,
y al viento le grito, ¡qué bella es usted, es mi pensamiento!

Espere un momento, veo cómo su mirada se transforma,
levanta la taza, sopla al café, y mi alma se conforma.
Toma un sorbo, lo deja, y con sus manos juega,
sin pensarlo, se levanta, y mi esperanza se entrega.

Se acerca tanto a mí, y en sus labios encuentro,
el beso que anhelaba, el que guardo en mi centro.

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