15 febrero 2018

De una desvelada

No logré dormir, tú fuiste el ladrón de mi reposo,
en mi mente, tu recuerdo, tan vívido y hermoso.
Soñar despierto contigo era mi único consuelo,
atrapada en mis pensamientos, en un dulce duelo.

A las 3:25 a.m., mis ojos se abrieron sin querer,
y como antes te mencioné, no pude volver a adormecer.
En el silencio de la noche, tu ausencia era el único sonido,
un vacío resonante, profundo y extendido.

La noche se entregó a la imaginación, sin ningún lamento,
y ahora, a plena luz del día, con ojeras de agotamiento,
entre la vigilia y el sueño, mi mente aún vaga sin fin,
porque incluso a medio despertar, sigo pensando en ti.

No hay comentarios: