Eres una yegua hermosa,
de crines al viento,
que galopas libre por el campo,
sin ningún freno.
Quisiera aprender a domarte,
a ser tu dueño,
aunque sé que será duro,
y que habrá sufrimiento.
Pero estoy dispuesto a todo,
por tenerte a mi lado,
por sentir tu aliento en mi cuello,
y tu cuerpo sudado.
No me importa el tiempo,
ni el destino marcado,
solo quiero estar contigo,
y escuchar tu agitación.
Eres una yegua hermosa,
de pelo sedoso,
que corres por el campo,
sin freno ni lamento.
Quisiera domarte,
mi reina preciosa,
aunque me cueste trabajo,
y hasta me duela el pecho.
Pero no me arrepiento,
mi vida hermosa,
porque te quiero a mi lado,
y sentir tu calor.
No me importa el tiempo,
ni el destino incierto,
solo quiero ser tu dueño,
y abrazarte en el cielo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario