27 diciembre 2023

Recuerdos del ayer

Estaba solo en mi habitación, con una vela que proyectaba sombras danzantes en las paredes. Recuerdo que mis manos temblaban al escribir, que buscaba las palabras más justas, las más bellas, las más verdaderas. Recuerdo que la imaginaba, su rostro, su voz, su sonrisa.

Desde entonces, cada carta que le enviaba ha sido un trozo de mi vida, un pedazo de mi alma. Con cada carta le contaba mis aventuras y mis descubrimientos, mis sueños y mis esperanzas. Pero, sobre todo, con cada carta le decía lo mucho que la quería.

Somos capaces de recordar los momentos que nos marcan, que nos cambian, que nos hacen ser quienes somos. Pero al escribirle casi a diario, había logrado que todos los momentos sean especiales, que todos esos momentos sean solo nuestros. Momentos que guardo en mi memoria, como huellas en la arena, como estrellas en el cielo. Momentos que me hacen sentir vivo, que me hacen sentir feliz.

Quizás no lo digo en forma directa, pero hay códigos en las cartas que solo nosotros podemos entender. Claves y señas que nos comunican más allá de las palabras, más allá de las distancias, más allá de las diferencias. Códigos que nos revelan nuestros secretos, nuestros deseos, nuestros sentimientos.

La vela con la estoy escribiendo esta carta se va consumiendo lentamente, pero mi pluma sigue trazando letras sobre el papel. No quiero dejar de escribir. Y mientras esto sucede, me llega a la mente el siguiente recuerdo:

Fue un momento increíble cuando caminamos junto al río, cuando me invito a sentarme cerca de un puente, donde había poco pasto verde y mucha tierra seca. Pero nada de eso importó, porque lo único que vi fue su belleza, lo único que sentí fue su ternura. Recuerdo cómo acerqué mi cabeza y le dije lo linda que era, le pregunté con dulzura, pero con firmeza: ¿Por qué eres bonita? ¿Por qué?
La noche caía y no quería irme, pero la distancia me obligaba a despedirme.

He tenido muchas alegrías y felicidad, pero también enojo, desilusión y tristeza. Pero en ningún momento he dejado de amarla.

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