11 julio 2023

Un colibrí geometrico

Había una vez un colibrí muy especial que le encantaba volar de una manera diferente a los demás. En vez de ir de flor en flor buscando néctar, él prefería dibujar en el aire con sus alas. Cada vez que salía de su nido, se ponía a hacer figuras geométricas con su vuelo: círculos, triángulos, cuadrados, rombos, estrellas...

Los otros colibríes no entendían por qué hacía eso. Le decían que era una pérdida de tiempo, que así no iba a encontrar comida ni pareja, que era mejor que se comportara como los demás. Pero el colibrí no les hacía caso. Él se sentía feliz haciendo sus figuras, y además pensaba que así podía expresar su creatividad y su personalidad.

Un día, mientras hacía un hexágono perfecto, vio a lo lejos una colibrí muy bonita que le llamó la atención. Era de color verde esmeralda con destellos rojos y azules. El colibrí se enamoró al instante y quiso acercarse a ella. Pero cuando lo hizo, se dio cuenta de que ella también estaba haciendo figuras geométricas con su vuelo. Estaba haciendo un pentágono precioso.

El colibrí se sorprendió y se alegró al mismo tiempo. Por fin había encontrado a alguien que compartía su pasión por las figuras geométricas. Se acercó más y le dijo:

- Hola, me llamo Zumbi. Me gustan mucho tus figuras.

- Hola, yo soy Esme. Gracias, las tuyas también son muy bonitas.

- ¿Te gustaría volar conmigo y hacer figuras juntos?

- Me encantaría.

Y así fue como Zumbi y Esme se hicieron amigos y luego novios. Juntos volaban por el cielo haciendo las figuras más hermosas y originales que nadie había visto jamás. Los otros colibríes los miraban con asombro y envidia, y se dieron cuenta de que se habían equivocado al juzgarlos. Zumbi y Esme eran felices haciendo lo que les gustaba, y además habían encontrado el amor.

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