18 octubre 2015

Por capricho

Las cartas destinadas a tus manos,
siguen en el escritorio, acumulando años.
La tinta de las letras ya trazadas,
se desvanece, como recuerdos en jornadas pasadas.

Desprenden ese aroma de bohemia,
el perfume de instantes llenos de poesía,
son el alimento de sueños en demasía,
¡tómalos, ocúltalos, antes que causen melancolía!

Ocultas tras los cajones quedaron,
entre bolígrafos, lápices, un pasado adornado,
en hojas amarillas, dobleces marcadas,
junto a telarañas, en el olvido ancladas.

¡Déjalas estar!, no buscarán el alba,
nunca alcanzarán la meta de su travesía,
fueron creadas con un propósito, una fantasía,
pero allí se quedarán, por capricho, en la penumbra.

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