22 octubre 2015

A veces

A veces, el amor que recibimos nos coloca en un pedestal,
nos envuelve en expectativas, en un ideal tan celestial,
que tememos no estar a la altura, sentirnos menos, algo fatal,
y esa presión nos pesa, como una corona de cristal.

Nos miran con ojos de asombro, nos ven brillar sin igual,
pero en nuestro reflejo, solo vemos un ser tan normal,
la discrepancia entre cómo nos ven y cómo nos sentimos es real,
y esa presión de ser perfectos, nos puede hacer vacilar.

Es el miedo a defraudar, a no ser esa versión ideal,
a que descubran nuestras sombras, y aún así, poderles gustar,
es un baile entre la imagen que proyectamos y la verdad,
y encontrar el equilibrio, es aprender a aceptar y amar.

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