03 marzo 2012

Tengo sed

Ya no sacia mi ser el agua que fluye,
ni diez, ni cien litros, ni el mar en su danza,
persiste la sed, como llama que nunca se extingue.

Es sed de existir, de sentir sin barreras,
de besos que marquen, de risas que abrazan,
de palabras que pinten, de abrazos que hablan.

Sed de jugar, de reír sin escondites,
de una sonrisa sincera, sin un "quizás" que la cubra,
de perderme en la pasión, de bailar sin cordura.

Sed de soñar cada día al despertar,
de colorear mi rostro, antes sin vida,
sed de un gesto dulce, que el alma aviva.

Sed de embriagarme con versos que sanan,
palabras que al alma con fuerza renuevan,
una sed que busco saciar, día tras día, sin tregua.

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