14 mayo 2023

La noche que las estrellas

Estaba sentado, apreciando las estrellas mientras por mi mente pasaban visiones, tus ojos, tus ojos estaban ahí presentes, aunque no estabas en realidad. Solo una motivación para cuidar que las estrellas estuvieran en su lugar y no cayeran sobre el mar, sosteniendo la mirada al cielo, para proteger lo que deseo y en lo que sueño.

De repente, una estrella fugaz surcó el firmamento, dejando tras de sí un rastro de luz efímera. Era como si el universo hubiera escuchado mis pensamientos y decidiera enviar un mensaje. "¿Será posible?", me pregunté, "¿Podrían las estrellas caer si no las cuido?".

La noche avanzaba y con ella, mi imaginación. Las estrellas comenzaron a moverse, danzando al ritmo de una música cósmica que solo yo podía escuchar. Una a una, se alineaban, formando la silueta de tus ojos, esos ojos que tanto añoraba.

Y entonces lo entendí. No era yo quien sostenía a las estrellas, eran ellas las que me sostenían a mí, las que guiaban mis pasos en la oscuridad, las que me recordaban que, aunque estuvieras lejos, tu luz seguía brillando en algún lugar del universo.

Con esa revelación, cerré los ojos y dejé que la noche me envolviera. Cuando los abrí, las estrellas habían vuelto a su lugar, pero algo en mí había cambiado. Ya no era un guardián temeroso de que el cielo cayera, sino un viajero eterno, explorando la inmensidad de un amor que trascendía tiempo y espacio.

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