Me llamo Herard y soy un explorador espacial. Mi misión es buscar planetas habitables para la humanidad. Viajo en una nave llamada Estrella Fugaz, acompañado de un robot inteligente llamado A23-99.
Un día, mientras orbitaba alrededor de un planeta desconocido, detecté una señal de socorro. Era una cápsula de emergencia que había aterrizado en la superficie. Decidí investigar y me dirigí hacia allí con A23-99.
Al llegar, encontré la cápsula entre los restos de una nave más grande. Parecía que había sufrido un accidente y que la cápsula era lo único que se había salvado. Me acerqué con precaución y abrí la escotilla.
Dentro había una mujer hermosa. Estaba inconsciente, pero respiraba. Tenía el pelo largo y castaño y la piel pálida. Llevaba un traje espacial blanco con el emblema de una organización que no reconocí.
La saqué de la cápsula con cuidado y la llevé a mi nave. A23-99 me ayudó a conectarla a un monitor vital y a administrarle los primeros auxilios. Esperé a que despertara, intrigado por su origen y su destino.
Al cabo de unas horas, la mujer abrió los ojos. Me miró con sorpresa y confusión. Le sonreí y le dije:
-Hola, me llamo Herard . Soy un explorador espacial. Te he encontrado en una cápsula de emergencia y te he traído a mi nave. ¿Cómo te llamas?
Ella me devolvió la sonrisa y me respondió:
-Hola, Herard . Gracias por salvarme. Me llamo Zelda. Soy una científica espacial. Estaba en una misión para estudiar un agujero negro cuando mi nave sufrió un fallo y tuve que escapar en la cápsula.
-¿Un agujero negro? -pregunté impresionado-. ¿Qué querías saber sobre él?
-Quería saber si era posible viajar en el tiempo a través de él -me dijo ella-. Tengo una teoría de que los agujeros negros son portales a otras épocas y dimensiones.
-¿En serio? -exclamé fascinado-. Eso es increíble. ¿Y crees que lo has logrado?
-No lo sé -me dijo ella-. No recuerdo nada después de entrar en la cápsula. Tal vez sí, tal vez no. Tal vez estoy en otro tiempo o en otro lugar.
Me quedé pensativo. Miré a A23-99 y le pregunté:
-A23-99, ¿puedes analizar la señal de socorro de la cápsula y determinar su origen temporal y espacial?
-Sí, señor -me dijo A23-99-. Un momento, por favor.
A23-99 se puso a trabajar y al poco rato me dio el resultado:
-Señor, he analizado la señal de socorro de la cápsula y he determinado su origen temporal y espacial. La señal procede del año 3021, es decir, 100 años en el futuro desde nuestro punto de vista. Y el lugar desde donde se emitió fue el centro de un agujero negro.
Me quedé boquiabierto. Miré a Zelda y ella me miró con asombro.
-¿Qué significa eso? -preguntó ella.
-Significa que tu teoría era cierta -le dije yo-. Has viajado en el tiempo a través del agujero negro. Estás en el pasado, en el año 2921.
-¿En el pasado? -repitió ella-.
Nos quedamos en silencio, sin saber qué decir ni qué hacer. Sentí una extraña conexión con ella, como si fuera parte de mí. Ella me miró con ternura y me cogió la mano.
-No importa el tiempo ni el espacio -me dijo ella-. Lo importante es que nos hemos encontrado.
-Sí -le dije yo-. Lo importante es que nos hemos encontrado.
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