Las cicatrices que un día me dejaste,
se transformaron en dulces memorias,
las manos que secaron mis lágrimas,
ahora palpitan en mi pecho y escuchan el corazón,
ese que incansable por ti latió.
Memorias, un rompecabezas de palabras dispersas,
ordenarlas me llevará a desentrañar,
aquel amor que en el olvido dejé,
esas palabras alineadas revelarán tu nombre verdadero,
y así comprenderé el origen de mis marcas,
que se tornaron en las caricias más tiernas.
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