08 febrero 2016

Ahora es ahora

Después de terminar, me di cuenta de que ya no necesitaba nada más. Al verla dormir a mi lado, me confortaba de cierta manera su tranquilidad; se veía tan feliz. Yo estaba encontrando lo que, en parte de mi vida, había buscado. Así debía sentirse cuando la encontrabas: paz interior, sin miedo alguno. Todo cambió cuando ella también me encontró.

Ya no había dudas, la inseguridad y cualquier otro factor negativo habían desaparecido. Allí estábamos los dos, preguntándonos: ¿Quién salvó a quién? ¿Pero de qué fuimos salvados? Quizás no queramos saberlo, pero así se siente cuando, terminando exhaustos y abrazados, dejamos atrás los juegos mentales que ya no valen la pena. Ahora es ahora; ya no se necesita nada más, solo el aire para respirar y seguir amando.

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