02 febrero 2015

Ya no mas

Con prisa y temor a perderte,
te dediqué otro verso de amor,
anhelaba que fuera de tu agrado,
mas no lo fue, y eso dolió.
Fue entonces cuando comprendí,
que te perdía una vez más,
tantas despedidas acumuladas,
que al verte, ya nada fue igual.

Eras la misma de siempre,
misma sonrisa, idéntico peinado,
y aunque tus ojos seguían bellos,
el misterio en ellos había acabado.
Te fuiste tantas veces,
que aprendí a dejar la puerta entreabierta.

Al regresar, hallaste todo cerrado,
tu sorpresa fue evidente,
esperabas, como siempre, ser acogida,
con las mismas lágrimas de siempre.
Ahora, solo te observo por la ventana,
esperando que decidas marcharte.

Los relojes no cesan su tic-tac,
marcando cada segundo de tu espera,
esperando que descienda para un abrazo,
pero yo, en cambio, abro un libro y me pierdo,
en la historia clásica de un amor otoñal,
la vida de una dama y su amor ideal.
Soñaba con él sin cesar,
hasta que en el más allá, por fin pudo amar.

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