14 diciembre 2011

La calle entre nosotros

En un jardín de celofán y flores,
te hallé, con zapatillas de tacón y colores.
Distraída, a las mariposas observabas,
y yo, a lo lejos, tu paz no turbaba.

El tiempo fluía, las flores brotaban,
tu vestido y la flora se confundían.
Sonreías, como si el fin no existiera,
en aquel lugar donde la belleza impera.

Te levantaste, pincel en mano,
para plasmar un sueño, un cuadro insano.
Y en ese lienzo surrealista y divino,
estaba yo, admirando a la niña de mi destino.

La calle entre nosotros, antes tan ancha,
se estrecha hasta casi desaparecer.
Un paso adelante, y podría alcanzarte,
cruzar esa brecha, y finalmente tocarte.

Zapatillas negras, de tacón alto,
se tornan de cristal, en un cambio asombroso.
Tus ojos me clavan su mirada intensa,
pidiendo un beso, en silencio, sin defensa.

Con la brocha tomas, y en mí dibujas,
los labios que usaré, para sentir los tuyos.
Mi mano se extiende, roza tu pelo,
el cielo oscurece, y me pierdo en tu vuelo.

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