24 junio 2011

Mira tú camino

Nieve blanca cae en mi mente, la congela, me impide pensar,
mis pies se vuelven estatuas, sin la menor señal de andar.
Atrapado en la maraña de mis intentos por huir,
me enredo en el intento, en la oscuridad por discernir.

Cierro los ojos, anhelando que alguien pueda aparecer,
que me rescate de este abismo, que me ayude a renacer.
Me desmorono, veo mi ser desplomarse sin cesar,
sin fuerzas para erguirme, en la espera de un final.

Con un corazón de papel, desgastado y ya sin color,
lloro por lo que dejé atrás, por cada sueño, cada dolor.
Cambio mi mirada, y al final, una silueta se alza en pie,
solo espero que pueda acercarse, que pueda ser mi bote de fe.

Me agito, me levanto, extiendo mi mano con afán,
aunque distante y estática, hacia ella quiero avanzar.
Intentaré llegar, aunque en fragmentos me deshaga,
no puedo quedarme sepultado, entre sueños o nada.

El lodo cubre mi ser, mi cabello cae, mis piernas no siento,
creo que este es mi final, pero ahí estás, mi aliento.
Solo espero que puedas acercarte, que puedas ser mi salvación,
estoy a un paso de tu mano, a un paso de la redención.

Veo una sonrisa, tu rostro, tus ojos, luz en la penumbra,
agradezco que estés aquí, que a mi lado te encuentres ahora.
Pero me preguntas, ¿por qué crees que fui yo quien te salvó?
Si fuiste tú quien se levantó, quien hasta aquí luchó.

Mira tú camino, lo que has superado ya,
fuiste capaz, lo lograste, y por fin, tu meta alcanzarás.

No hay comentarios: