21 mayo 2011

El Flautista

Con entusiasmo el flautista tocaba,
su melodía en el aire vibraba.
Niños danzaban, al son se acercaban,
en círculos alrededor, cantos elevaban.
Con alegría, el sol más brillaba,
un día mágico y único se desataba.
La música, al corazón, dulcemente llegaba,
con cada nota, una emoción despertaba.
Mas al final, el flautista, con tristeza se alejaba,
a otros rincones su arte singular llevaba.
Una última pieza con amor entonaba,
y en los niños, un recuerdo imborrable sembraba.
Del gran flautista que de la nada surgía,
y en sus rostros, sonrisas florecía.

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