20 noviembre 2008

Entre tú y yo

Entre tú y yo, nos juramos un amor eterno,
creímos que todo sería perpetuo,
que lo nuestro desafiaría al tiempo sin término.

Te ofrecí cuanto tenía en la vida,
pienso que aún debía ofrecerte más todavía.
No importa, pues mi corazón paciente te aguarda,
amiga mía, fuiste mi todo en estas jornadas.

Tú, que siempre estuviste a mi lado,
tú, que fuiste mi universo, mi amado,
tú, que lo fuiste todo para mí,
siempre tendrás un lugar en mi corazón, aquí.

Entre tú y yo no existían secretos,
éramos uno, compartiendo nuestros proyectos,
nuestras vidas entrelazadas en afectos.

Nos sentimos encadenados, tú y yo,
creyendo que la libertad nos dijo adiós,
temiendo errar, en un suspiro quedo.

Amor, ¿en qué nos equivocamos?
Sombras de dudas nos asustaron,
y ante ellas, temblamos.
Debí escucharte, debí abrazarte,
y decirte que no hay nada que temer, amarte.

Mas temo que Dios te aleje de mi existir,
tú, que, al enfermar, supiste cuidar y consentir,
con dulces palabras y un corazón a compartir.

¿Piensas que podría dejarte, abandonar?
La vida no es tan simple para despreciar.
Estaré contigo cuando me lo pidas,
quiero seguir a tu lado, y sin dudas, volvería.

Aún te amo y en mi vida te mantendré,
eres la razón de que en mi alma permanezcas, ¿ves?
Solo tú ocupaste mis días, mi ser.

Día y noche, en ti no dejé de pensar,
así es el destino, puede sorprender, sin avisar,
y de nuestras manos, los sueños arrebatar.

Por mi parte, te recordaré hasta que Dios decida,
y si el tiempo te trae de vuelta, vida mía,
con las huellas del tiempo en tu semblante,
preguntaré por tu vida, por tu antes,
y solo deseo que me digas que fuiste feliz, constante.

No hay comentarios: