21 noviembre 2016

El suicidio

El suicidio, carta desesperada del ser,
mejor dejarla cerrada si no quieres comprender.
Abrirla solo traerá lágrimas al caer,
y heridas profundas que no podrán perecer.

Y si confesara

Detrás de ella, el universo se despliega,
delante, una sonrisa que la vida entrega.
Sus ojos, en estrellas se pierden y navegan,
con flores adornando su ser, así se integra.

Su cabello, destello de orgullo y de luz,
al murmullo del mundo responde en su trasluz.
Un cosmos en mi bolsillo, en su esplendor recluso,
ella, la belleza pura, sin ningún subterfugio.

Y si confesara,
que no temo al final ni a la noche fría,
dichoso el viento que su forma acaricia,
dejando a un lado el pensar, solo por hoy, por la alegría.