03 mayo 2016

Bajo la lluvia

Su rostro comenzó a humedecerse con la lluvia nocturna; el frío la obligó a abrazarse a sí misma. Yo permanecía sentado en el banco, memorizando cada uno de sus movimientos. Ella danzaba bajo la lluvia, y los charcos se convertían en trampolines; cada salto suyo parecía detener el tiempo. Su cuerpo delineaba las trayectorias de la lluvia que caía sobre ella, desviando el agua en todas direcciones, como si fuera una fuente. Pero esta fuente estaba viva y era la más hermosa que jamás había contemplado. No estaba hecha de piedra ni de mármol; era una mujer esculpida por un dios.

Giraba con los brazos extendidos y las palmas abiertas, elevaba una pierna al estilo de las patinadoras sobre hielo. Ella era una artista bajo la lluvia, la única que lograba darle sentido al frío de la noche. De niño, me maravillaba ver caer la lluvia; había olvidado la sensación de esos primeros momentos cuando comienzas a descubrir la vida. Con el tiempo, dejé de asombrarme, pero hoy, contigo, vuelvo a creer que aún hay muchas cosas por atesorar en la mente.

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