31 octubre 2015

El perrito de papel periódico

En medio de la lluvia implacable, una muchacha corría buscando refugio; temía que el agua fría calara sus huesos y le regalara un resfriado indeseado. Sus pasos la llevaron bajo el pórtico de una casa, donde una puerta azul se erguía como guardián del umbral. Allí, se detuvo, cruzando los brazos, esperando a que el cielo cerrara su grifo.

Con los lentes empañados, los retiró para limpiarlos. Fue entonces cuando notó, a su lado, un perro de papel, moldeado de periódico, con las letras corriendo por su piel como ríos de tinta bajo la lluvia. El canino de celulosa se acercó, buscando el calor que su cuerpo no podía generar. Temiendo que se deshiciera, ella lo abrazó con delicadeza, protegiéndolo de las gotas rebeldes.

La lluvia cesó, y juntos se dirigieron a su departamento. En el sofá descansó al perrito, mientras buscaba una secadora para devolverle la forma. Con ternura, lo alimentó, reparó sus desgarros con cinta, replegó sus extremidades, y redibujó un ojo casi borrado por el agua. Pronto, el perrito de papel revivió.

El departamento se llenó de su alegría, saltando y jugando, observando aves desde la ventana y soñando con volar entre globos. A las 9:11 p.m., una melodía anunciaba su regreso. El perrito se posicionaba frente a la puerta, listo para recibir a su salvadora.

La puerta se abrió, y la emoción inundó al perrito. La muchacha entró, sonriendo al ver a su mascota girando en un torbellino de felicidad. Colgó su bufanda, dejó su bolso sobre la mesa y extrajo un pequeño regalo: ¡un sobre de sopa de letras! El manjar predilecto del perrito de papel periódico.

30 octubre 2015

El tenedor

Caminaba por la cafetería, mi mente enfrascada en ecuaciones y teoremas, moviéndome por inercia, como un sonámbulo en pleno día. Mis manos, actuando con voluntad propia, tomaron una bandeja para cargar el almuerzo. Variables y constantes revoloteaban en mi visión, un enjambre de números que se disipó cuando sentí una presión en mi hombro.

Giré, buscando la fuente de aquel contacto, y al elevar la vista, un tenedor se presentó ante mí. No siempre se necesitan escenarios de ensueño para encuentros significativos; no es menester estar en las calles empedradas de Francia, ni en los canales de Venecia, ni en las playas exóticas de una isla remota.

A veces, basta con una mirada, un gesto simple como el ofrecimiento de un tenedor, para que una cafetería ruidosa y común se transforme en el escenario perfecto para el inicio de algo extraordinario.

29 octubre 2015

Temores ajenos

Sus labios, rosados y plenos,
despiertan en mí temores ajenos,
temo que, al rozarlos, en un dulce caos,
mi mente se pierda, pero aún anhelo acariciarlos.

¿Qué es la vida?

La vida, una ilusión fugaz,
es inspiración que siempre das,
un suspiro en la inmensidad,
mientras en silencio, te puedo mirar.

Azulejos azules

Azulejos azules en los árboles posados,
con ojos que admiran, quedan encantados,
dibujos y espejos en verdes matorrales,
son embrujos caprichosos, pero siempre adorables.

El abrazo de mamá

Al nacer, el bebé sus brazos alza,
como buscando en el aire una balanza,
anhela sentirse seguro y amado,
por el abrazo materno, ser acunado.

Con el tiempo, al final de la jornada,
en la vejez, con la mirada cansada,
intentarán, con fuerza en sus brazos,
aferrarse a recuerdos, a los lazos.

Cuentan historias de un vislumbre esperado,
al cerrar los ojos, el amor reencontrado,
dicen ver a su madre, al otro lado,
brindando paz al corazón agitado.

26 octubre 2015

Tu nuca

Mujer de cabellos largos, ¿qué has hecho?
Tu melena ahora corta, un nuevo trecho.
¡Mas mira! Un descubrimiento singular,
un rincón de tu ser que empiezo a explorar.

Tu nuca, antes oculta, hoy se revela,
nunca imaginé tal belleza que consuela.
Qué bella nuca tienes, oh mujer,
con ese pelo corto, un juguetón querer.

Deseo recorrer con mis labios, sin fin,
y besar más de una vez, ese rincón,
ese pedacito de piel, suave y divino,
que me invita a soñar, en dulce destino.

No le digas

¡No le digas!, no reveles que la quiero,
ella bien sabe que la deseo,
anhelo vivir en un sueño etéreo,
es mi anhelo, en lo personal, lo prefiero.

24 octubre 2015

Ti

A veces pienso que me quieres, tanto como yo a ti,
a veces siento que anhelas verme, igual que yo a ti,
a veces creo que en sueños me encuentras, como yo a ti,
sumando las veces que pienso, siento y creo,
me imagino que ya estoy, muy cerca de ti.

22 octubre 2015

A veces

A veces, el amor que recibimos nos coloca en un pedestal,
nos envuelve en expectativas, en un ideal tan celestial,
que tememos no estar a la altura, sentirnos menos, algo fatal,
y esa presión nos pesa, como una corona de cristal.

Nos miran con ojos de asombro, nos ven brillar sin igual,
pero en nuestro reflejo, solo vemos un ser tan normal,
la discrepancia entre cómo nos ven y cómo nos sentimos es real,
y esa presión de ser perfectos, nos puede hacer vacilar.

Es el miedo a defraudar, a no ser esa versión ideal,
a que descubran nuestras sombras, y aún así, poderles gustar,
es un baile entre la imagen que proyectamos y la verdad,
y encontrar el equilibrio, es aprender a aceptar y amar.

Café por las mañanas

En la intimidad de su cocina, una pareja de recién casados se disponía a desayunar. El esposo, absorto en la lectura del periódico, no percibía más que las letras impresas que anunciaban con dramatismo: “Astronauta es olvidado en la luna”. La joven esposa, en un intento de captar su atención, inquirió con dulzura:
- ¿Te preparo el café?

El silencio fue su única respuesta, el hombre seguía inmerso en las noticias del cosmos. Ella, sin un ápice de conflicto, insistió:
-Oye, ¿te preparo el café?

Al cambiar de página, él finalmente contestó:
-Depende.

Intrigada, ella preguntó:
- ¿Depende de qué?

-Con una sonrisa pícara, él explicó:
-De tu estado de ánimo. Si estás alegre, el café resulta exquisito; si estás molesta, el sabor se amarga. Así que, querida, todo depende de ti.

Con una resolución inesperada, ella se levantó y, como despojándose de toda preocupación, se desvistió, quedando al descubierto ante la mirada atónita de su esposo. Sin pronunciar palabra, comenzó a preparar el café: agua caliente, azúcar, taza y cuchara. Con cada movimiento, emanaba una confianza serena. Al terminar, llevó la taza a la mesa y lo retó:
-Pruébalo y descubre mi estado de ánimo.

Él, con una mezcla de sorpresa y admiración, tomó la taza y probó el café. Mientras levantaba el periódico, una sonrisa se dibujó en su rostro, un gesto que decía más que mil palabras. Continuó saboreando su café, en un silencio que compartía el secreto de su felicidad.

21 octubre 2015

Diagnostico

En la penumbra de un consultorio, se desplegaba una conversación cargada de misterio. El paciente, un hombre sumido en la incertidumbre, yacía en la camilla mientras confesaba:

-Sufro de una hipersecreción de las glándulas sudoríparas al verla caminar, doctor.

Su voz era un murmullo tembloroso, un eco de su desasosiego.

-También mi presión arterial se dispara y la taquicardia se apodera de mí al oír su voz, sin siquiera advertir su presencia.

Un suspiro atemorizado se escapó de sus labios.

-Estoy sumamente preocupado, doctor. Pierdo la noción del tiempo cuando ella está cerca; debe ser algo neuronal, ¡casi lo olvido!

Se incorporó súbitamente, como impulsado por una fuerza invisible.

-Creo padecer un trastorno del habla; mis palabras se fragmentan en repeticiones involuntarias.

El médico, con una expresión de intriga, arqueó las cejas.
- ¿Nunca antes había experimentado algo así? -indagó el doctor con cautela.

Nunca. Nunca había sentido tal cosa. Dígame, doctor, ¿qué tengo? ¿Cuál es su diagnóstico?

El médico, tras una pausa que pareció eterna, terminó de anotar en su libreta. Con un ademán teatral, rodeó el diagnóstico con círculos concéntricos.

-Señor, lo que usted tiene... es amor, en su forma más pura y complicada.

¡Tú!

¡Tú! La artífice de mi dolor,
la que despojó mi alma de su color,
retírate y guarda tu silencio,
no te acerques, evita el tormento.

20 octubre 2015

Contemplo la soledad

Las noches largas me evocan tu ser,
al cielo nocturno miro sin saber.
En mi mente habitas, deseo olvidar,
en mi corazón te encuentras, no quiero amar.

Contemplo la soledad que me envuelve,
esa compañera constante que me sigue.
Ella, la usurpadora de tu espacio,
la que se aferra y no da paso.

Ansío besar

El sol desea verte sonreír,
el viento anhela acariciarte,
la luna quiere a ti embellecer,
mujer, cuyos labios ansío besar.

18 octubre 2015

Serenata

En el velo de la noche estrellada,
tu silueta se dibuja iluminada,
reposa, dulce ave, en el silencio,
mientras la luna danza al compás del viento.

Las luciérnagas al cielo se liberan,
en esta noche que nuestras almas esperan,
no hay lugar para miedos ni dolores,
solo para que florezcan nuevos amores.

Esta serenata que la oscuridad decora,
no es para que el corazón se evapore,
es para que en sus notas encuentres,
el amor que, por ti, eternamente te enamore.

Por capricho

Las cartas destinadas a tus manos,
siguen en el escritorio, acumulando años.
La tinta de las letras ya trazadas,
se desvanece, como recuerdos en jornadas pasadas.

Desprenden ese aroma de bohemia,
el perfume de instantes llenos de poesía,
son el alimento de sueños en demasía,
¡tómalos, ocúltalos, antes que causen melancolía!

Ocultas tras los cajones quedaron,
entre bolígrafos, lápices, un pasado adornado,
en hojas amarillas, dobleces marcadas,
junto a telarañas, en el olvido ancladas.

¡Déjalas estar!, no buscarán el alba,
nunca alcanzarán la meta de su travesía,
fueron creadas con un propósito, una fantasía,
pero allí se quedarán, por capricho, en la penumbra.

Máquina de escribir

Con máquina de escribir, palabras voy plasmando,
sin acentos, pero con sentimiento desbordando.
No te aflijas por la ortografía en este instante,
pues mi empeño es enamorarte a cada instante.

Duele

Duele amarte, en este juego del destino,
¿Qué me atrae de ti? Es un enigma divino.
Los sueños contigo, dulce contradicción,
se tornan pesadillas al despertar en soledad, sin tu amor.
Duele saber que existes, tan ajeno a mi pasión,
caminando por el mundo, sin sentir mi corazón.