31 mayo 2009

Sobre la mesa

Hoy, el periódico en mis manos cayó,
tarde ya era, y mi café me despertó.
Sobre la mesa, el sueño desvaneció,
mientras una nota extraña mi atención robó.
"El universo es un sueño", decía con audacia,
una idea, sin duda, de lunática gracia.

El reloj de pared marcó la hora y desperté,
"¡Dios mío!", exclamé, "¡las seis ya son!",
tomé mi ropa, al tren corrí, sin razón.
El señor de la calle ochenta y tres,
me gritó que al revés mi carrera fue.

Antes de la oficina, un saludo envié,
al hombre de la esquina, que siempre está de pie.
Observa a la gente, sin más que hacer,
vestido de gris, sin nada que temer.
Las palomas en él se posan sin pena,
su compañía diaria, su rutina serena.

Por la tarde, a la señora M. fui a ver,
sus historias de juventud, un placer escuchar.
Me contó de la guerra, de estrellas salvar,
de un cielo que amenazaba con desplomar.

De regreso a casa, reflexiono en el andar,
las palabras de la mañana vuelven a resonar.
"Cuando alguien te ama, un beso recibirás",
de tu amada, un gesto que no olvidarás.
¡Besar! ¿Qué será eso? Un misterio sin final.

28 mayo 2009

Hoy

Hoy platique con alguien a quien empiezo amar,
y por mi mente circulaban ideas tontas al azar.